PARTE 1:
Uno de los lugares más puros del mundo guarda un enorme
tesoro. Bajo la espesa capa de hielo y nieve, se esconde una cantidad ingente
de minerales y otras materias primas, además de una fuente inagotable de energía
renovable gracias a las bajas temperaturas del agua subterránea. Pero la vida
en un lugar así es sería imposible, de no ser por una instalación con un
importante aislamiento térmico oculto, bajo inmensas lonetas blancas de fibra
de vidrio. Desde el aire, las formas que dibujan estas carpas, gracias a los
cables tensores, simulan unas pequeñas formaciones de riscos nevados. Y dentro
se recrean las mejores condiciones para la vida humana. Una vida que algún día establecerá
las bases para la colonización en el espacio. Pocos en el mundo son conscientes
de hasta qué punto es tan valiosa dicha posición. Durante mucho tiempo esta
sección tecnológica se dedicó en exclusiva a las prendas de trabajo para la
organización secreta: “la madeja”. Pero en los últimos años se alcanzó una
enorme perfección en este sector. Eso brindó la posibilidad de centrar el
desarrollo en otras áreas que la organización requería. La biotecnología, la mutación
genética. Campos de desarrollo en los que el margen de evolución aún está muy
lejos de ser rebasado. Con fondos ilimitados y la incógnita absoluta gestionada
por el único cerebro inteligente del mundo, se continúa con un trabajo
displicente llevado con el mayor rigor que nadie conoce más allá de unas
competencias concretas, pues estas se delegan y controlan se manera férrea por
la máquina. “Que tu mano derecha no sepa
lo que hace tu mano izquierda.” Ese parece ser el auténtico eslogan de la madeja
y que tan solo quebranta a su antojo el cerebro central.
De repente, un característico zumbido acompañado de una
intensa luz roja que parpadeante rompe la rutina de trabajo del jefe de
sección, en una de las cabinas holográficas. Nada más pulsar la pantalla táctil
del monitor se ilumina un pequeño espacio libre, proyectando la forma de un
orondo rostro muy conocido por estos lares.
- ¿Intuía su llamada, señor Gato?
- Por supuesto, señor Hielo. –El señor Gato regala a su
oyente una sonrisa.- Ya sabe que se acerca la fecha de reformas internas y debo
hacer mi trabajo.
- Y quiere hablar de nuevos avances. –Responde el señor
Hielo displicente.- Imagino que habrán el aviso en la superficie.
- Ha acertado, señor Hielo. –Asegura con gesto afirmativo
tras las gafas.- A tenor de la llamada, ¿qué sorpresa debemos esperar?
- ¿Recuerda aquel incidente en la operación “limpieza en
África”?
- Por supuesto, el comité humano lo evaluó como una baja
circunstancialmente necesaria. –Apostilla, acomodando el puente de las gafas
con el dedo índice.
- Correcto. Pues el cerebro central ha tomado sus propias
determinaciones al respecto, después de algunos procesos cuánticos.
- Entonces, ¿hay algo que deba ver, supongo? –Continúa sin
reparar en el último comentario.
- Por supuesto. –Acentúa el jefe de sección.- Tengo algo de
información dosificada que llegará a superficie pronto, sobre nuevos
desarrollos. El cerebro ha vuelto a trabajar con prendas de trabajo.
El señor Gato fija la mirada rápidamente sobre
su pantalla con creciente interés. Sus ojos se abren como dos enormes focos,
revelando un semblante expectante.
- Como verá en la imagen que le envío y proyecto ahora
–acompaña su comentario de algunas gestiones en el monitor táctil- esto que
parece un simple pasamontañas de apariencia normal, no tiene nada de corriente.
–A continuación, dibuja una ligera sonrisa mientras manipula los datos.- En la
cocina lo hemos llamado “prenda bio-inteligente”. Si observa el reverso puede
ver que esconde un bonito sistema de diminutas terminaciones eléctricas. Estas
milimétricas terminaciones o “exoterminaciones nerviosas” utilizan el principio
de las agujas de acupuntura. Es decir, el agente puede llevarlo puesto siempre,
ayudándole por ejemplo, a mantener el estrés o la presión acumulada en las
misiones.
- Me parece maravilloso, pero ¿eso no excede las
competencias del mismo cerebro central? Hasta ahora, son los cerebros humanos
quienes se encargan de gestionar el proceso paulatino de asociación con el
central.
- Tal vez sea como decís, pero lo cierto es que el nuevo
protocolo aún está por definir. –Evade una respuesta directa.- Lo que si le
puedo explicar es cómo funcionan dichas “exoterminaciones” que interfieren en
el cerebro a través de dos tipos de descargas leves: una activa y otra pasiva.
- Un momento, ¿descargas activas y pasivas?
- Si, eso es lo genial del producto que el cerebro ha
diseñado.
- Explíquese.
- Por supuesto. En el modo pasivo las descargas del gorro/pasamontañas
buscan solo aquellas terminaciones que estimulen de una manera positiva al individuo:
anulando ciertas zonas de dolor o eliminando momentáneamente la sensación de
miedo, inseguridad. Pero en el modo activo, amigo Gato… En el modo activo esta prenda
puede convertir las habilidades de un efectivo en las habilidades de una
verdadera máquina, potenciando los propios sentidos del individuo hasta límites
insospechados.
- Creo tener ciertas dudas con respecto a dicha solución. Si
el ordenador simplemente prevé las bajas como innecesarias, el proceso se hará
más cómodo para la logística del comité. Las muertes son algo imprevisible y
haberlas reducido a mínimos de récord es lo que caracteriza nuestra labor.
- Estoy de acuerdo, pero
gracias al nuevo producto el cerebro central podrá amplificar los estímulos del
individuo tomado para realizar decisiones más certeras en tiempo real. En otras
palabras, podrá predecir el futuro de una acción en su tiempo de computación.
Se trata de un control remoto más cómodo para el músculo y el cerebro. Imagina lo
que sería ver u oír muy por encima de la capacidad humana, o incluso omitir
información innecesaria mediante filtrados neuronales. Debe saber que el cuerpo
humano es imperfecto y algunas sensaciones que se generan en su cerebro pueden
interferir en los juicios de inducción que se generan en la imagen mental del
músculo.
- Entonces, ¿hablamos de estímulos sobrehumanos? Y eso es
claramente un paso hacia la caracterización mecánica. Se trata de un proceso
que ya hemos discutido internamente y zanjado en el comité humano.
- Lo sé señor Gato, pero piense que no se trata de tecnología invasiva, el individuo se deshace del control tras quitarse la prenda. Por otro lado, también debe tener en cuenta que el cerebro central modula nuestras conversaciones. Desde el momento en que formamos parte de la madeja esta toma en cuenta todas nuestras conversaciones para afrontar futuras decisiones. De este modo, ha reconocido la presión que generan las muertes innecesarias en nuestros efectivos, algo que quiere erradicar para mayor seguridad interna.
- Lo sé señor Gato, pero piense que no se trata de tecnología invasiva, el individuo se deshace del control tras quitarse la prenda. Por otro lado, también debe tener en cuenta que el cerebro central modula nuestras conversaciones. Desde el momento en que formamos parte de la madeja esta toma en cuenta todas nuestras conversaciones para afrontar futuras decisiones. De este modo, ha reconocido la presión que generan las muertes innecesarias en nuestros efectivos, algo que quiere erradicar para mayor seguridad interna.

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