domingo, 15 de enero de 2017

La madeja: El frío que trae el maná.



PARTE 2:
Gato hace una pausa profunda, un descanso meditativo, una especie de reacción inquieta debido al comentario de su interlocutor. Tal vez haya olvidado que sus conversaciones son moduladas por la propia máquina y tomadas en cuenta para futuras proyecciones. Entonces, cualquier respuesta a esta cuestión, resuena en su cabeza en forma de un juego de intereses, más profundo y complejo de lo que se plantea a simple vista. En este sentido, el señor Gato hace rato que observó como el jefe de sección, el señor Hielo, se ha saltado el protocolo al tutearle, guiado tal vez por su efusividad científica. Eso no supone ningún desacato, sino un signo de dificultad ante posturas menos positivistas. Sabe que se prevé un cambio interno y la información que llega de la sección tecnológica plantea un proceso hacia un futuro visionario, y a la par peligroso.
- Supresión de errores a cambio del control absoluto, también sobre nuestras acciones. –Pronuncia a pesar de la sombra que ronda sus pensamientos.- No sé si considerar este paso como algo bueno. En mis tiempos los hombres consideraban este hecho como un golpe de estado al poder.
- Gato, la vieja política aquí es indiferente. La evolución natural que el cerebro central procesa es producto de una postura paterno-filial de nuestras inquietudes. Solo pretende protegernos no esclavizarnos. Además, sabes que siempre habéis podido confiar en la división de avances tecnológicos.
- Quiero conocer al menos cuáles fueron las consecuencias de las primeras pruebas. –Cambia ahora de tercio el orondo semblante, acompañándolo con otro tic en el puente de sus gafas.
- Antes del prototipo final ha habido tres prototipos fallidos. –Entonces hace una larga pausa, mostrando una severa dificultad al revelar estas palabras.- La información es altamente clasificada, señor Gato. Ni siquiera los hombres de su rango necesitan conocerla. Pero posiblemente se trate de un voto de confianza a su labor… -El señor Hielo, ahora más taimado, crea un extraño silencio.- Tan solo ha de saber que los errores se producen por la coordinación con los voluntarios, ya que ha sido un proceso arduo de afinamiento en la asociación.
- Está bien. Nuestro personal encargado de distribución deberá recibir todas las indicaciones de uso, además de los datos suficientes para anular los protocolos de dicha prenda, desde la posición del cerebro humano. –El oyente holografiado sigue mostrando una clara inseguridad, ante el repentino control que asume el único ordenador inteligente del planeta.– Si eximiéramos la tarea del cerebro humano qué nos aseguraría ese proteccionismo, en vez de un cambio tiránico.
 - Señor Gato, aún desconocemos si existe un margen de manipulación en los circuitos de las prendas. –Se enroca en su determinismo.- Los requisitos han sido ajustados y cualquier cambio puede trastocar su complejo funcionamiento.
- No creo que eso sea un problema. Por otro lado, pensaré que responder ante el próximo comité humano. ¿Tiene algo más que mostrar, señor Hielo?
- Sí que existe algo pero después de esto…
- Vamos, dígame de que se trata en seguida. –Insiste vehementemente.- En las decisiones decisivas de la división interna, no existe tiempo para paliativos.
- Señor Gato, el ordenador también prepara diseñar un nuevo traje completo.
- ¿Un traje? ¿Qué se supone que hace este nuevo traje que no haga el anterior? –Pregunta bastante contrariado.
- Se trata del complemento obvio del gorro, señor Gato. –Responde con un tono casi forzado.- Y se encarga del respectivo funcionamiento del sistema nervioso completo.     

  

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