INTRODUCCIÓN:
El
comportamiento humano, aunque extenso y variopinto, repite patrones que se
contemplan con acierto en campos como la psicología o la sociología. Sin
embargo, para una formulación más explícita que también abarque la narración
humana que supone la historia en general, precisamos de la filosofía o más
concretamente de la antropología. De este modo, hallamos dos tendencias o
patrones muy genéricos: fundamentados en las distintas creencias que delimitan
la conducta mediante la herencia filogenética, que son las tendencias
espirituales y las tendencias materialistas.
Con
el siguiente cuadrante quedan explicadas ambas realidades desde distintos
puntos de vistas:
Por
otro lado, podemos estructurar estas dos tendencias en conductas primitivas sin
ningún temor a pecar de reduccionismo, basándonos en las tesis que derivan de
las formas proyectivas. Esto se debe a que en ambas tipografías genéricas,
antropológicas y sociológicas, encontramos los motivos suficientes para
categorizarlas en el esquema subjetivo y primitivo, pues ninguna de las dos
ofrece una visión demasiado transcendental para la historia secular que exige
el conocimiento puro (científico). A los sumo, se tratarían de cuestiones muy
extendidas gracias a los mecanismos de la educación cultural o la filogénesis.
Por contra, una proyección transcendental de esas mismas tendencias hacia una
evolución que se reestructure en la sociedad, conciliando subjetivismo y
objetivismo, mutaría el resumen previo del siguiente modo:
EJERCICIOS
PRÁCTICOS:
-
No debemos contemplar el entorno como algo simplemente grande y bello pero
completamente desconocido. Este ejercicio ofrece ciertos conflictos en el marco
de la física cuántica por el principio de incertidumbre o indeterminación de
Heisenberg, y sobre la modificación del entorno observable. Por contra, es un
problema que no necesitamos tratar en este apartado, pues con la “contemplación
del entorno” hablamos de la mera visión del espectador y no del académico.
-
No practicar un tipo de especulación artística sin base de argumentos
cognitivos. Es decir, es necesario estudiar cualquier tema que pueda servir
para poder proyectar un ejercicio verdaderamente innovador.
-
Además, el anterior paso es el único método de acercar lazos entre el arte y la
ciencia, o lo que es lo mismo enfrentar una visión imaginativa y subjetiva,
pero con una comprensión intelectual y objetiva.
-
Por último, debemos ejercitar estos puntos anteriores mediante algún tipo de
creación especulativa, como la ficción literaria, que nos ayuda a desarrollar
ambos puntos de vistas. Es decir, ejercicios especulativos que aúnen la
imaginación más creativa y conocimiento más certero.


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