domingo, 15 de noviembre de 2015

Alquimia vital: La magia del simbolismo.

Recientes estudios neurológicos, demuestran que la buena predisposición de los niños a las nuevas tecnologías depende de la herencia en su filogénesis. La facilidad que demuestra un cerebro joven para interpretar símbolos con mayor rapidez que un adulto medio, está por tanto condicionada al entorno y el permanente bombardeo de imágenes que el cerebro necesita procesar. De ello dependerán las necesidades de reforzar los procesos pedagógicos y didácticos durante la infancia con este tipo de lenguajes simbólicos, a través de las nuevas tecnologías. Bienvenidos al lenguaje del futuro.
Sin embargo, ¿qué ocurriría si nos dijeran que ese proceso ya había transcurrido de alguna forma, con las primeras manifestaciones artísticas del hombre primitivo? El profesor Leroi-Gourhan fue el primero en evidenciar motivos simbólicos, de cargas sexuales, en la interpretación del arte primitivo. Durante la prehistoria, diferenciando las distintas escuelas de procedencia y sus etapas de evolución, encontramos un arte abstracto con abundancia de motivos geométricos y simbólicos: rectangulares, rayados, zigzags, serpentiforme. En otras ocasiones: puntuaciones, formas “tectiformes”, “escaleriformes”, “claviformes”. Para Gourhan, los triángulos, rectángulos, tectiformes, claviformes simbolizaban figuras femeninas. Mientras las flechas, líneas y puntos, tenían carga de símbolos masculinos. Lo curioso es como a veces, esos dos géneros aparecen acoplados. Además, encontramos la profusión de manos puntadas, como símbolos de identidad, que muchas de las veces aparecen con los dedos mutilados por razones rituales, de sacrificio, por deformidades o enfermedades. Por último, que decir de las innumerables estatuillas, símbolos de la fertilidad, la caza o de la espiritualidad.

EJERCICIO PRÁCTICO:
Algunos ejemplos del simbolismo que presento a continuación son bastantes identificativos y podemos asociarlos a muchas formas de clasificación por la cantidad de referencias a las que pertenecen. Es decir, podríamos responder a las siguientes cuestiones con multitud de coincidencias en ellas:


- ¿Cuáles de estos logotipos pertenecen al ámbito político o religioso?
- ¿Cuáles se identifican con signos artísticos, tecnológicos o económicos?
- ¿Cuántos nos han acompañados desde el inicio de la historia?
- ¿Cuántos representan signos de identidad asociativa o de referencias?
- Y la pregunta más importante, ¿por qué se repiten las repuestas en muchos de los signos y con otros ejemplos?
Para saber cómo funciona la simbología de estos y otros signos o logotipos, además de comprender la importancia de las respuestas a las dos últimas preguntas daré unas nociones, bastantes resumidas, sobre la función del signo.
1. El signo sustituye a la cosa misma, aparece en su ausencia. Difiere la presencia en un movimiento de mediación, de apropiación.
2. El signo hace por tanto referencia a algo, y a veces simplemente indica a otra referencia. Es el caso de las señalizaciones.
3. En muchos casos los signos evitan las ambigüedades de las palabras o abarcan las indeterminaciones en los números, pues como hemos dicho en las nociones anteriores el cometido de un logotipo es sustituir o indicar a la cosa misma. La trascendencia del signo en la historia humana supone la mayor referencia a su intelectualidad, valga la redundancia. Al fin y al cabo, los vocablos hablados o las propiedades físicas de la realidad se expresan con “signos reglados”.   




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