Recientes
estudios neurológicos, demuestran que la buena predisposición de
los niños a las nuevas tecnologías depende de la herencia en su
filogénesis. La facilidad que demuestra un cerebro joven para
interpretar símbolos con mayor rapidez que un adulto medio, está
por tanto condicionada al entorno y el permanente bombardeo de
imágenes que el cerebro necesita procesar. De ello dependerán las
necesidades de reforzar los procesos pedagógicos y didácticos
durante la infancia con este tipo de lenguajes simbólicos, a través
de las nuevas tecnologías. Bienvenidos al lenguaje del futuro.
Sin
embargo, ¿qué ocurriría si nos dijeran que ese proceso ya había
transcurrido de alguna forma, con las primeras manifestaciones
artísticas del hombre primitivo? El profesor Leroi-Gourhan fue el
primero en evidenciar motivos simbólicos, de cargas sexuales, en la
interpretación del arte primitivo. Durante la prehistoria,
diferenciando las distintas escuelas de procedencia y sus etapas de
evolución, encontramos un arte abstracto con abundancia de motivos
geométricos y simbólicos: rectangulares, rayados, zigzags,
serpentiforme. En otras ocasiones: puntuaciones, formas
“tectiformes”, “escaleriformes”, “claviformes”. Para
Gourhan, los triángulos, rectángulos, tectiformes, claviformes
simbolizaban figuras femeninas. Mientras las flechas, líneas y
puntos, tenían carga de símbolos masculinos. Lo curioso es como a
veces, esos dos géneros aparecen acoplados. Además, encontramos la
profusión de manos puntadas, como símbolos de identidad, que muchas
de las veces aparecen con los dedos mutilados por razones rituales,
de sacrificio, por deformidades o enfermedades. Por último, que
decir de las innumerables estatuillas, símbolos de la fertilidad, la
caza o de la espiritualidad.
EJERCICIO
PRÁCTICO:
Algunos
ejemplos del simbolismo que presento a continuación son bastantes
identificativos y podemos asociarlos a muchas formas de clasificación
por la cantidad de referencias a las que pertenecen. Es decir,
podríamos responder a las siguientes cuestiones con multitud de
coincidencias en ellas:
-
¿Cuáles de estos logotipos pertenecen al ámbito político o
religioso?
-
¿Cuáles se identifican con signos artísticos, tecnológicos o
económicos?
-
¿Cuántos nos han acompañados desde el inicio de la historia?
-
¿Cuántos representan signos de identidad asociativa o de
referencias?
-
Y la pregunta más importante, ¿por qué se repiten las repuestas en
muchos de los signos y con otros ejemplos?
Para
saber cómo funciona la simbología de estos y otros signos o
logotipos, además de comprender la importancia de las respuestas a
las dos últimas preguntas daré unas nociones, bastantes resumidas,
sobre la función del signo.
1.
El signo sustituye a la cosa misma, aparece en su ausencia. Difiere
la presencia en un movimiento de mediación, de apropiación.
2.
El signo hace por tanto referencia a algo, y a veces simplemente
indica a otra referencia. Es el caso de las señalizaciones.
3.
En muchos casos los signos evitan las ambigüedades de las palabras o
abarcan las indeterminaciones en los números, pues como hemos dicho
en las nociones anteriores el cometido de un logotipo es sustituir o
indicar a la cosa misma. La trascendencia del signo en la historia
humana supone la mayor referencia a su intelectualidad, valga la
redundancia. Al fin y al cabo, los vocablos hablados o las
propiedades físicas de la realidad se expresan con “signos
reglados”. 
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