lunes, 7 de abril de 2014

Relato: De hombres y demonios. Cap. 3

       
      El error de Odiseo:
“En las razones del intelecto, cabe esperar la locura del hombre piadoso que no quiere propasar, los límites establecidos por los sentidos engañosos y los dictámenes maniqueos que han derivado de estos. La ciencia ha demostrado con creces que en las profundas e insondables configuraciones cósmicas se producen singularidades de aparente forma caótica para nuestro entendimiento pero de un indudable orden “En las razones del intelecto, cabe esperar la locura del hombre piadoso que no se atreve a propasar los límites establecidos por los sentidos engañosos y los dictámenes y preceptos maniqueos, derivados de estos mismos. La ciencia ha demostrado en incontables ocasiones como en las profundas e insondables configuraciones cósmicas, se producen singularidades de aparentes formas caóticas para nuestra percepción pero de un indudable orden infinito, simétrico o fractal. Estas formas son representadas por el hombre lúcido en forma de símbolos gráficos que condensan el poder de lo significativo, y revelándose eón tras eón, únicamente ante aquellos que observan a través de los avances necesarios o las perspectivas de lo profundo, de la abstracción. Bajo estas presiones, el hombre rompe los límites establecidos por la incapacidad de la razón o la lógica imperante y por extensión de la tecnología. Más tarde, estas nuevas premisas son rebasadas de nuevo por pruebas irrefutables que marcan nuevos límites. A continuación, estos mismos serán sobrepasados una vez más, mediante otra visión nítida o matemática, una imagen mental o un intelecto pertinaz. Y al igual que ocurre en una carrera de fondo, la meta nunca se habrá alcanzado hasta haber superado una serie de marcas previas que suponen el presente más real de cada corredor pero no su destino definitivo.”
“El instigador de la historia dará, en estos casos, cuenta de la cordura de los actos, que se repiten en el marco temporal del ser humano, en las posibilidades de caer en un infinito devenir, re definido  mediante una especie de herencia configurada en nuestra genética y manifestado en nuestro subconsciente colectivo.”
“Todas estas hipótesis, conjeturas y premisas me llevan a pensar que nada ha existido con aires de novedad. En un baile de configuraciones, los hechos concatenados se repiten, en multitud de movimientos del fluctuar en los hombres. Porque al igual que ocurre con las células de un cuerpo vivo, cada generación esta inmunizada y preparada para enfrentarse a los némesis de sus tiempos,   a sus miedos interiores. En el fondo, estos son los mismos enemigos de siempre, que evolucionan junto a los individuos y sus circunstancias. Los grandes literatos buscan soluciones en el pasado, en la historia vivida. Mientras, las mentes lógicas, desvelan funciones ya aplicadas en el mundo físico, desde sus inicios.”
“O tal vez ya habían sido descubiertas con anterioridad.”
“¿Quién sabe?” 

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