- Buenas, ¿qué tal?
- Hola. Lo tuyo era un cortado, ¿no?
- Si, muchas gracias. Nunca había acudido a una sesión de
este tipo. Es que últimamente ando un poco perturbado por las noches.
- Sí, claro pero siéntate, por favor.
- Lo siento, estoy nervioso. Llevo unas semanas con una
especie de sueño recurrente, algo desconcertante.
- Esos me fascinan. He leído mucho al respecto y necesitaría
saber mucha información de ti antes de lanzar un veredicto: valorar tu
personalidad, conocer tu situación, y… Relátame el sueño primero.
- A ver, te explico. En este sueño vivo en mi pueblo de toda
la vida, allí conozco a todos y todos me conocen a mí.
- Eso suena a la rutina.
- Ya, nunca salgo del sitio y jamás he rebasado sus límites.
Hasta que cierto día sin más, se creó un puente que me empujaba a cruzarlo sin
remedio. Y al final de este puente se dibuja una enorme puerta que parece
cerrada.
- ¿Estás abierto a nuevas experiencias? ¿Quiero decir algo
fuera de lo habitual?
- Tal vez mi nuevo trabajo, un ascenso reciente.
- ¿A sí? Cuéntame más.
- Hace unos meses que he accedido a un puesto de encargado
en una importante empresa. Las relaciones con la gente del trabajo no son nada
malas, más bien lo contrario. También me han comentado que en breve haríamos un
viaje de empresa, para presentarme en mi nuevo cargo.
- Definitivamente va a ser eso. Al parecer el viaje de
negocio te genera esa sensación de nuevas experiencias. Quiero saber más.
- Si claro, y lo más curioso empieza ahora. A medida que voy
cruzando el puente observo en el otro extremo la puerta cerrada, que comienza a
abrirse sin dejar ver nada del otro lado.
- Que incertidumbre. Me parece que hay miedo a realizar este
viaje.
- Aun no he acabado. Cuando estoy justo en medio del puente,
y la puerta completamente abierta, salta en mi camino una especie de criatura
horrorosa. Un grotesco ser lleno de garras, colmillos, babeando, con ojos
amarillentos y amenazantes. Parece una de esas criaturas verdes que salen en los
cuentos de hadas, duendes, seres del bosque… ¿cómo se llaman?
- ¿Tal vez te refieres a un trol? ¿En la mitología habitan
los puentes?
- Exacto, se parece a las descripciones de los trol de los
cuentos infantiles.
- A menudo este tipo de aberraciones aparecen en los sueños
para hacer patente alguna carencia, temor o duda que nos aflige en la vida real.
Estoy convencido que de pequeño te contaban cuentos en los que aparecían ese
tipo de personajes.
- Si, es verdad.
- Seguro que le marcó oír hablar de ellos cuando era un
niño.
- Tienes razón, pero los había olvidado conscientemente. Nunca
he vuelto a recordar aquellos cuentos a no ser que me lo proponga.
- No te preocupes, es tan solo un recurso de nuestro
subconsciente. Ahora me gustaría hacerte
una pregunta, ¿existe algo que te preocupe del viaje?
- Bueno... Hay una persona. Es la directora, la encargada de
supervisar mi trabajo. Hace unos días que empezamos una relación y ambos
preferimos mantenerla en secreto.
- ¿Y esa mujer está casada?
- No, es soltera. Además, me han contado que ha mantenido
relaciones con otros compañeros de la empresa.
- Bueno, todo eso es normal. Las mujeres empresarias pueden
adoptar posturas más liberales en las relaciones personales, pero no tiene por
qué existir un problema en ello. Como diría Freud, al final el poder se reduce
al sexo y aquí, por supuesto da igual el género.
- Tal vez tengas razón. Sé de buena tinta que también mantiene
un escarceo con el director general.
- Esta bien, eso puede llegar a suponer una amenaza para el
subconsciente… aunque en realidad tampoco creo que sea un obstáculo para
continuar cruzando el puente. Tal y como tú has dicho, a esa mujer le gustan las
relaciones abiertas.
- A lo mejor deberías haber empezado por ahí.
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