domingo, 27 de marzo de 2016

Alquimia vital: Sobre nubes y relojes. nivel 1

PROCESO DE LA INTERPRETACIÓN:
Ateniéndonos al desarrollo evolutivo del diagrama en el método proyectivo, se puede volver a los pasos previos de manera fortuita, pues de este modo, encontramos en el diagrama primitivo (Fase II, Ser Autoconsciente), una clasificación de la actividad cognitiva, de las ideas y/o planteamientos personales. En este sentido, ambos diagramas (incluido el de Fase III), ofrecen in situ una clasificación bastante crítica sobre nuestros trabajos. Para comenzar, nos situaremos frente al primer diagrama y a partir de dicho planteamiento dual y subjetivista en las interpretaciones intelectuales, podemos intercalar nuestras obras entre sus dos extremos como: planteamientos cognitivos (más razonados) y planteamientos empíricos (más inductivos). Así, concretamos ambos extremos conformados por los razonamientos y las observaciones que realizamos mediante el contraste de juicios (M3) o la mera interpretación (M1), respectivamente. Además, de esta forma se afina la línea de trabajo que surge como mediación de simetría entre estos dos puntos, y que representa la función de trabajo habitual en una mente equilibrada, señalando todas aquellas ideas que surgen de un proceso que aúna a partes iguales los razonamientos reflexivos con las demostraciones empíricas que configuran la realidad (más individualizada).
Para una demostración práctica, tres ejemplos en cada extremo:
    a)    Razonamientos (M3):
    -       El continuo metafísico (razonamiento apórico)
    -       El alma esotérica (razonamiento metafísico)
    -       Las cosmogonías teológicas (pseudociencias)
    b)    Inducción empírica (M1):
    -       El tiempo astronómico (juicio inductivo)
    -       El dualismo cartesiano (juicio metafísico)
    -       La geometría euclidiana (ciencias interpretativas)


CONCLUSIÓN PRÁCTICA:

Estos ejemplos previos, no presentes en la comprensión habitual por tratarse de razones coordinadas bajo la realidad cotidiana, parten de relaciones inmanentes, como resultado de una mente con sentido común. De igual modo, se muestra la intersección práctica que supone dicho proceso, donde se afinan las similitudes de ambos extremos en cuanto a la materia de que se trata. Por ende, la comprensión del esquema nos ayuda a ordenar nuestro criterio desentrenado, por ejemplo, con las siguientes muestras: el simbolismo (interpretación pictórica); el creacionismo (razonamiento metafísico); las ciencias ocultas (teorización interpretativa); el animalismo (cosmovisión naturalista); los míticos arquetipos (interpretación psicosocial); la fantasía (fenómeno reflexivo). Una vez comprendido esto, podemos probar este tipo de clasificación a la hora de recabar información para desarrollar una rutina de trabajo propia, siempre con ejercicios de representación subjetiva o de crítica personal.  

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