lunes, 3 de noviembre de 2014

Apuntes sobre el papel.


Forman dos las manos y brazos que tu cuerpo requiere.
Dos son las piernas que el tronco mereciere.
Cuatro el resultado, de la suma orejas y ojos entre las sienes.
De cada uno, uno, nariz y boca pero ésta con sus dientes.
Más, uno es el miembro que domina los placeres.
Es uno el corazón que a todos, sangre les sugiere.
Tan solo una es la cabeza que con esfuerzo los retiene.
Si seguimos con los números, acabaríamos a pares.
Cogemos estos instrumentos y formamos humanos como seres.
Y siendo esto cierto, por qué no hacer lo que uno quiere.
Por qué no realizar los sueños que la mente nos sugiere.
Un cuerpo, múltiples objetivos.        

Tormenta de caos incesante.
Peces dibujando un sentido.
Arrecife de perlas hundidas.
Riqueza en un mar abundante.
                                       Ideas emergentes.

A los necios de sus propias conjuras
a priori de razones inducibles:
¿son materias iletradas un cese de “grises”,
cuando no se acierta con palos a las aguas?
No respondan ahora como amigos,
con burlas y mentiras de visillos.
                                               Made in Spain.

Almas encadenadas,
sin emerger de nada.
Luces apagadas
Y defenestradas.
                                                     Lógica de la vida. (Biología).

El inicio
de una espiral
con (pre)ocupación,
sobre el final
de este renglón.
¿Ya pensaste
en lo que digo,
cuando relacionaste
lo que escribo?
                     Nada.



RALENTIZAR EL TIEMPO:

Una de dos, o me controlas tú o lo hago yo. Yo deseo mantenerme a flote a pesar de lo que acontece. Acontece que me place tomarlo como una corriente que bate las aspas de mi propia rueda. Rueda que rueda, decía el eco del hormigón. Hormigón como imposible de los propios y ajenos. Ajenos a todo, al final es cuestión de maña. Maña con las horas de sueño. Sueño con minutos de trabajo. Trabajo con el tiempo.

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