Epílogo:
Para
comenzar y dejando a un lado los flecos esotéricos o misteriosos, mas fruto de
un recurso literario que de una verdad a plantearse, diremos que Lovecraft no
se alejó tanto de la realidad del lector, cuando formuló el planteamiento que
relacionaba el acceso a la locura con la lectura de un libro. Además de eso,
sincronizó esta realidad con la posibilidad de multitud de mundos y de horrores
cósmicos, accesibles a través de nuestros propios sueños. Continuando esta
misma metáfora, nos presenta además todo un panteón de divinidades primigenias
que nos atemorizarían en su forma física pero que por supuesto, son solo fruto
de nuestra mente. A decir verdad, es esta la cuestión que plantea y desvela
este relato, dando parte de cómo estos miedos del intelecto cobran forma física,
una vez más solo en nuestro intelecto, en multitud de manifestaciones
artísticas.
Sin
embargo, el temor a nuestro mundo interior o de la perdida en este, no suponen
más que eso, la desesperación de la inteligencia humana frente a lo que escapa
al entendimiento inmediato, a la infinitud de probabilidades, tal como
ocurriera hace siglos cuando los primeros matemáticos se enfrentaron a la cifra
exacta que resultaba de la diagonal de un cuadrado cualquiera (o la raíz
cuadrada de dos, o el número pi, etc.).
En
este relato de intrínseco recorrido, he querido arrojar algo de luz sobre este
episodio de la búsqueda en un campo rico y extenso, en el campo de la
creatividad. La facilidad con que cualquiera puede relacionar obras, culturas y
hechos culturales en las distintas creaciones artificiales de los tiempos,
evidencia la imposición de una forma definida sobre los actos de la
creatividad. Las normas que establecen este campo, análogamente a su realidad
paralela, la realidad física, pueden ser especulativas, falseadas y corrompidas
de igual manera en ambos lares. Empero, esto no quita que existan ciertas
reglas, que se cumplan ciertos patrones, a veces más o menos dirigidos.
A
partir de este ejercicio de sinceridad, se pueden establecer nuevos campos en
la búsqueda de la inspiración. En ocasiones podemos seguir pesquisas que nos
ofrecerán inclusive la posibilidad de crear un árbol genealógico con el
recorrido de las influencias e inspiraciones de obras que formaron las nuevas
ideas de cada tiempo.
Una
vez definidos estos aspectos del relato, como aditivo, se pueden establecer
tres pautas o cánones que se repiten de manera evidente en la totalidad de las
manifestaciones artísticas, independientemente de la intención del creador o el
vehículo utilizado.
- Todas las obras surgen de la necesidad
de dar explicación a las inquietudes del subconsciente. En este sentido no
hay que confundir la inspiración con la motivación.
- La inspiración del intelecto
procede siempre de un cuestión anterior, que no tiene por qué ser necesariamente
una manifestación artística (puede ser oral).
- La inspiración del intelecto
plantea nuevas ideas para los lectores del futuro, siguiendo las dos
pautas anteriores.

