domingo, 19 de abril de 2015

Narratividad.

1. El preludio de un nuevo comienzo.
Esta historia arraiga en el tiempo, “penetra” en la psique por lo que todos somos su presa. En ella se intuye el fin de un extenso prólogo que más parece un fraude óntico, un fracaso abnegado por pensar en sobrevivir, con el único motivo de sobrevivir. ¿Qué necesidad de saber cuando se está en mitad del ser? Al ser le es más probable ocupar sin más, establecer un nuevo punto, un paradigma en esa narración que avanza, apremia, empuja hasta dar con cada tecla apropiada, para escribir una partitura de símbolos instintivos y primarios, en forma de una melodía homogénea. Eso suena a desenlace incierto frente a un nuevo comienzo, ¿verdad? Es algo que resuena así como… alcanzar lo deseado sin hallar una recompensa merecida; tocar un techo simulado desde el que podemos observar la realidad de una obra particular pero nunca acabada; en definitivas, de un resultado pero uno inconcluso e incómodo. Esto es fruto de la experiencia en el devenir incierto.
¿Se nos permite entonces, trabajar con sosiego a sabiendas de nuestro conocido sino? ¿O por el contrario es necesario seguir afianzando improvisadamente, ante una nueva cobertura en el terreno de las certezas ya vividas? A nuestro protagonista, insensato pero a la vez hombre de acción, le resulta pesada esta carga. Sin embargo, en nuestro pasado común, no tan remoto, eran agradables las vicisitudes de quienes recogían las experiencias. Pues por más cruda que estas puedan parecer, son ellas las que nutren y dan sentido a nuestra firmeza en la inmediata existencia. Por ende, sin más ornamentos legítimos para presentar a nuestro aventurero que ser el primero por derecho fenotípico, genómico e histórico, hablaremos de Urtypus, de quien derivan todos los demás.
2. El error necesario.
Nacido de familia en dicha y virtud
crece Urtypus en afligida actitud,
caviloso en su más reciente juventud,
por si su ave enjaulada en senectud,
se haya mantenido en condiciones
de no ser, sino simulando que se es.
O que su vida reposa sobre dinteles,
empero estos ornamentos sin pilares.
Cuestiones estas que hayan aflorado
por su creciente apetito desbordado.
“¡Ah, tanta futilidad en mi propia vida,
que se presenta en mi hora más lucida!
¡Ah, tanta banalidad multiplicada,
ya de cuantiosa manera duplicada!”
Ese torvo discernimiento de sí mismo
que se va reproduciendo cuan aforismo,
llevan al efebo a morder en su sino,
   renunciando a su sensación de abrigo.

Por todo, parte sin miedo al desatino 
y gran deseo en topar, de seguido,
con otro necesitado desvalido
(“faltos de quimeras en su objetivo”). 
Mas tamaña empresa, en este camino,
que demanda un pretérito sentido
como condicionante en la memoria,
ha permanecido siempre en la historia,
negándole a todos la propia gloria.
Urtypus prevé en sus presentes desquicios,
volver sobre sus pasos hasta sus inicios,
más despreocupado, resuelto, sin juicios.
¿Quién no exigiría un grato consumo
al hallar fatum que de cierto y seguro 
topará con la muerte como un muro?
Ahora recuerda el joven al razonar,
se observa gacela huyendo del azar
(contrario, falto de aire al respirar).

Se antoja pues, extraño su denuedo
tras encontrarse con similar veneno,
corriendo por las venas de su propio ego.
La picadura que arrastrase al nacer,
llevada por el hombre tras su amanecer,
de sí mismo sobre su propio conocer.


lunes, 6 de abril de 2015

Metodología proyectiva: Razones para una psicología del método.

INTRODUCCIÓN A LA PSICOLOGÍA EVOLUTIVA PROYECTIVA.
EL EFECTO PUENTE.”
A toda esta transcripción literaria analítica-sintética del método proyectivo, se puede añadir que la precisión en  el razonamiento del esquema permite ver el diagrama como una explicación empírica de cualquier proceso intelectual. En este contexto, el diagrama se presenta en el plano psicológico o filosófico no como una dualidad cartesiana marcadamente simétrica, a pesar de su aspecto general, sino como el lugar que ocupa el hombre dentro de una concepción universal para su correcto desarrollo intelectual. Pues hasta ahora la interpretación filosófica a nivel biológico nos demuestra la posibilidad accidental de un desarrollo neuronal complejo debido a una serie de acontecimientos que se inician y concatenan hasta la postura más actual del pensamiento humano, una duda existencial sin resolver por motivos de una autoconciencia en declive por el automatismo del entorno. Sin embargo, la mera existencia de la especie, junto con su devenir incierto, nos demuestra que el espacio y el tiempo del hombre “es” y no hay más remedio que aceptarlo, tal y como afirmaría Heidegger. Y por lo tanto, debemos tomar la figura del diagrama que se aproxima con mayor exactitud a la autorrealización humana adecuada en todos sus aspectos, como una descripción con fidelidad al hombre como un puente entre aquellos entornos que ocupan su realidad perceptible y su realidad virtual (futuro imaginario). Esta conclusión puede quedar enmarcada de forma evidente, en el funcionamiento de nuestro cerebro cuando realizamos las actividades que producen un llamado sentimiento de bienestar: las artes plásticas, la música, el sexo y las drogas. Resaltando que las dos últimas pueden producir adicción, todas ellas alivian la tensión y la ansiedad, pues es interesante destacar que cualquiera de ellas segrega endorfinas es decir, los opiáceos propios del cerebro, la dopamina, la acetilcolina, la oxitocina y la serotonina.
En este aspecto, la realidad perceptible se nos representa como una entidad físicamente evolutiva que debemos aceptar como independiente del hombre. Y tras ese comienzo en ocupar una parte en la especiación del universo, el hombre racional primario soluciona sus necesidades inmediatas, en lo que parece que es un continuo enmendar sus errores pasados, para mayor seguridad evolutiva en el devenir incierto de la especie. En este emergente entorno de comodidad homogeneizadora, el inconsciente del ser humano trabaja bajo el automatismo tecnológico actual más que evidente. Sin embargo, y haciendo acopio del diagrama, la realidad de nuestro pensamiento sigue dependiendo de la actividad intelectual o la “imaginación activa” que diría Freud, para enfrentarse a dilemas de mayor calado o profundidad por la complejidad en las conclusiones que se destapan. Es entonces cuando se precisa de un entorno heterogenizador de problemas intelectuales, para crear un proceso de creatividad en el que el hombre represente su papel de vehículo que interrelaciona el mundo físico con su mundo cognitivo más consensuado. Por supuesto, este breve razonamiento demanda de una enérgica objetividad historigráfica y científica para un resultado consensuado, o como he querido denominar un pensamiento “neutro”. Bajo esta neutralidad en un principio algo idealizada, podríamos encauzar por ejemplo la necesidad final de una administración cultural que deseche gradualmente los intereses económicos o institucionales, en un ejercicio de sinceridad.

CONCEPCIÓN PSICOLÓGICA DEL PENSAMIENTO CREATIVO.
EL HABITAT DE UNA IDEA.”
Para entender mejor el proceso que sigue la concepción de una idea en estos casos, simplificaremos la cuestión a la formulación en la resolución de problemas que propone Popper, P1→TT→EE→P2, en el que P1 es el planteamiento inicial; TT es una solución tentativa o teoría; EE es la eliminación de errores; y P2 sería el nuevo planteamiento que surge de este proceso. En mi caso diríamos que el planteamiento inicial es la idea que nos motiva, sacada como elemento de la observación del tercer mundo, y llevada a ser contemplada bajo un criterio de manera subjetiva. Estaríamos hablando entonces de TT en un plano del inconsciente subjetivo. Sin embargo, aún no hemos acertado en esa nueva hipótesis o idea que se nos plantea tan solo desde el inconsciente en modo de intuición previa. El proceso activo que se produce tras vislumbrar esta nueva percepción, nos obliga a mantener una actividad orientativa que ayuda a que la idea in situ, aflore hasta una conciencia activa. Podemos señalar esta parte del proceso de formulación como el EE que por ejemplo, supone la eliminación de errores en matemáticas y que en el caso de otros tipos de expresiones pueden ser cualquier prueba sensorial ilustrativa, permitiéndonos observar de forma consciente una suerte de esbozo o anteproyecto. Este paso, también puede ser observado por la psicología cognitiva como la coordinación de observables que perturban al sujeto, en sistemas y subsistemas, para lo cual se aplican distintos modelos de formalización lógica con los que realizar la equilibración de la estructura inicial. De esta manera, la idea que se trabaja hasta ese instante en el inconsciente va emergiendo una vez contrastados los resultados, mediante un medio sensorial para proyectarse en la conciencia. Suponiendo que todo este proceso se aúna en un momento puntual, estaríamos hablando de un instante en el que nuestra actividad o ejercicio cognitivo que sugiere un proceso previo de mayor entropía intelectual, surte de una singularidad reguladora que optimizan nuestro rendimiento, en una función similar a las que se concentra en un punto concreto del universo con los agujeros negros, es decir, que no podemos determinar su predecibilidad exacta por la amplitud inherente en los factores inferenciales endógenos y exógenos que marcan el razonamiento de la idea. Lo que se concreta como un resultado final, es la proyección mental de una nueva conjetura, teoría, idea, creación o en definitiva, la nueva proposición P2.  Esta concepción de la realidad sobre el pensamiento humano establece una estructura sintética y lógica del desarrollo en el conocimiento creativo en un mesocosmos cognoscitivo, llamando la atención de una proyección virtual que se consolida por las leyes de la realidad cuántica y el sujeto transformador. Por lo tanto, el esquema geométrico nos empuja a pensar en la proyectividad como una pauta que marca un ritmo asignado por los resultados numéricos de los continuos procesos consecuentes de verdades empíricas que se adaptan a la cultura popular como el M3 (inductivas o deductivas). De este modo, podemos decir que el diagrama que interrelaciona los mundos posibles, aplicado de forma ineluctable a ese proceso que surte de la herencia histórica humana del conocimiento, produce valores positivos en el proceso de la generalidad causal.


OTROS RETOS DE UN MESOCOSMOS BIOLÓGICO. LOS ANIMALES.
En este apartado no es necesario extenderse demasiado. Pues la manera en que otros estudiosos doctos en diferentes ramas como la biología, etología, zoología, etc. nos demuestran el error de hacerse eco de una filosofía de la biología que iguala a todos los seres orgánicos al mismo nivel, por su núcleo celular (una propia filogenética), el neodarwinismo imperante que estipula la mutación de organismos nos hace creer que no podemos diferenciarnos demasiado al resto de seres biológicos. La necesidad comparativa con otros seres de conciencia superior y por extensión a cualquier tipo de especie demanda de una preservación del medio autorregulador en el que ocupan el lugar indicado de manera ineluctable. Esta forma de afrontar una nueva forma de pensamiento objetivo (neutral) es similar a lo que ocurre en el ser humano a nivel antropobiológico con sus congéneres.

OTROS RETOS DE UN MESOCOSMOS AUTORREGULADOR.
LAS PERSONAS DEPENDIENTES.
Tras la elaboración que hemos realizado sobre un punto virtual, necesitado de un patrón de simetría para su desarrollo óptimo, surgen también determinados retos en una mente adaptativa dotada de ingeniosos mecanismos autorreguladores, que no hacen más que refutar la verosimilitud de la teoría que aquí se plantea. Es el caso de las personas con impedimentos sensoriales. Este tema puede plantear controversias delicadas, pues señala de manera manifiesta como el patrón de autogeneración de ideas puede señalar limitaciones sobre algunos campos intelectuales, en aquellos individuos con carencias o impedimentos desde su nacimiento. Sin embargo, el ingenio adaptativo de la mente autorreguladora, acentúa en dichas personas la percepción del resto de sus sentidos, revelando ciertas capacidades muchos más elevadas que en el resto de individuos. Esto, nos desvela la genialidad de un cerebro que alcanza sus inquietudes intelectuales por medio de una capacidad adaptativa sorprendente, o lo que es lo mismo, que la falta de proyección o enfoque sobre ciertos sectores del conocimiento, acentúa la posibilidad de encontrar otros caminos autorreguladores para un desarrollo intelectual pleno, delegando de manera evidente la sensibilidad sobre el resto de los sentidos funcionales.
En definitiva, esta resolución que manifiesta el intelecto humano, nos mueve a plantear la posibilidad de nuevas perspectivas sobre la realidad empírica. No concluimos por tanto, que las aquellas personas que poseen alguna de sus capacidades sensoriales mermadas tienen un impedimento a la hora de realizar un proceso intelectual adecuado, sino más bien ofrecen una perspectiva de la realidad mucho más amplia a otras interpretaciones intelectuales. Eso es lo que ha motivado a nivel psicosocial, a profundizar y adecuar en dichos problemas que se encauzan tal y como reconocimos al inicio, intrínsecos a la formación de una sociedad reguladora.