lunes, 25 de agosto de 2014

Ejercicio de escritura: Ingredientes para un "buen guiso".

Para este ejercicio se utiliza el poder de la metáfora, más en concreto con una metáfora culinaria o gastronómica pero tan solo como referencia indirecta. Tal y como ocurre con la cocina más tradicional o con lo que popularmente se conoce como “platos de cuchara”, los ingredientes que a menudo forman estos platos típicos de cada localidad suelen tener un alto contenido de sustancias bien condensadas, para reforzar una alimentación básica. Con este precepto sumaremos a una frase, cual ingredientes de un plato, sustantivos asociativos y adjetivos calificativos que formen un guiso final.   
Sin embargo, este ejercicio no tendría su gracia si no lleváramos el poder de la metáfora a su máxima expresión, haciendo acopio de lo que ocurre con los abusos con este tipo de comidas. Aparecen los problemas de pesadez y ardores. ¿Cómo podemos jugar con las palabras de una forma tan simbólica? Solo hay que recordar una regla fundamental y es que las palabras leídas de forma consecutiva tendrán siempre un sentido ocurrente, debido a un efecto final en la estructura que se suma en nuestra mente. Aquí tenéis unos cuantos ejemplos claros:
- Un cobra, un alacrán, una viuda negra, una planta urticante, dos excursionistas aventureros. Uno con alergias severas.
- Dos ranas, una salamandra, un gorrión común, un mosquito bien nutrido.
- Un puñado de exploradores precolombinos, una odisea marina, un barril sin manzanas.
- Un banco de peces, un grupo de calamares gigantes, un cachalote maduro, un ballenero.
- Dos mantis y una mariposa. Una mantis es hembra.
- Una brizna de césped, un cuadrúpedo rumiante, una tribu de pastoreo, una bacteria en la cadena trófica.
- Un puñado de hombres de distinta nacionalidad, etnia e ideología. Un ascensor roto.
- Un piojo, una manta, una guerra. Los descubrimientos del cloranfenicol y el de la fusión nuclear.
- Un día soleado, un león en celo, una manada de leonas en celo, un cazador furtivo. 
- Los niños en la escuela, dos adultos en la cama, el marido en el trabajo. Uno de los dos es el jefe.  

lunes, 18 de agosto de 2014

Metodología proyectiva: Razones analíticas del método.

EL ERROR EN LA DESMITIFICACIÓN DEL INTUICIONISMO RACIONAL:
Tal y como se ha podido comprobar, a la vista de una configuración sintética de la estructura cognitiva enmarcada dentro de la concepción actual de la realidad cuántica, se establece la necesidad una conexión interdependiente de todas las circunstancias para la formulación del pensamiento creativo. Esto es algo que ya estaba presente de alguna forma en los planteamientos del naturalismo, el positivismo epistémico u ontológico previo. Sin embargo, dicha configuración acepta algunos aspectos conservadores que vienen a señalar que podemos conocer de antemano los hechos que acontecen, revelados por procesos biológicos de nuestro cerebro. Esta forma de proyectar la relación de necesidad con el entorno se pueden confundir con una retrospectiva en el esquema de pensamiento más propio de las matemáticas intuicionistas, del esencialismo kantiano o de la geometría euclídea que intentaron desmitificar otros pensadores posteriores. Con todo, esta cuestión plantea ser más bien un problema de incomprensión en la síntesis semántica, producto de un sistema de comunicación heredado repleto de palabras con “taras” y “ambigüedades”. En este contexto, el neoesencialismo de Kripke sostiene la pronta necesidad de concordancia comunal como requisito fundamental de un lenguaje interno, que es dado por la relación de percepción en la naturaleza biológica del hombre social. Su opinión se sustenta en el excelente trabajo crítico de Wittgenstein en su tractatus lógico, quien supo separar con claridad de argumentos los diferentes aspectos que relacionan un lenguaje en su contexto relativo a un proceso interno, pero que precisa de elementos externos (base del naturalismo). En su opinión además, el hombre jamás lo hace de una forma conductiva sino que se guía por una relación de criterios personales. Haciendo acopio de sus propias palabras, el filósofo acepta la forma dada por nuevos aspectos en base a una percepción primitiva y prelingüística de tipo hereditaria.      
Puesto que esto nos lleva al problema de la verdad en semántica, desde el punto de vista de la teoría de la verificación lógica de Tarski por ejemplo, haremos hincapié sobre los nuevos planteamientos epistémicos que producen la física moderna, la biología darwinista con los nuevos descubrimiento del genoma humano o de la neurociencia, para adaptar correctamente las próximas formulaciones metodológicas al desarrollo cognitivo de la mente adaptativa. Mediante estos avances de la bioquímica moderna en general, se refuerza la idea de una intuición entendida como una forma consciente del pensamiento preconcebido, perteneciente al proceso evolutivo cognoscitivo del inconsciente humano, y con referencia en el instinto primario animal. Este desarrollo interno de la mente procesa la mayor parte de nuestra información de forma interdependiente a nuestros receptores sensitivos, que permanecen restringidos por un marco biológico de incertidumbre perceptiva limítrofes. Dicho mecanismo permite adaptar así, nuestra experiencia a un entorno cuántico. Es entonces obligatorio mencionar que la relación existente entre el hombre consciente y su entorno inmediato, se hace siempre por procesos puntuales en cada individuo, propios del planteamiento psicológico del cual deriva en la postura positivista el internismo semántico. En dicho proceso el individuo consciente pretende "alcanzar", detectar de una forma activa un acontecimiento determinante en la comprensión propia y en base a su relación personal con la realidad inmediata y entrópica. Ya Claude Shannon estableció previamente la idea de una relación directa y cuantitativa (positiva/negativa), entre el conocimiento que genera un entorno a observar y la cantidad de entropía del mismo. ¿Cómo hemos logrado entonces crear una relación más o menos efectiva de un proceso bioquímico autónomo, con la consciencia activa o el pensamiento objetivo en general? La relación de necesidad que promueve cualquier esencialismo metodológico moderno se traduce aquí en un proceso causal, mediante una relación de contrastes entre conceptos que se transducen de los procesos de percepción somatosensorial, con resultados fijados por las relaciones sinápticas en nuestro cerebro. Entonces, pasan a ser asimilados como patrones que se adaptan a la experiencia del inconsciente en la conducta propia, siempre y cuando sean precisos para ocupar un hueco en nuestra realidad cognitiva dentro de un espacio o mesocosmos cuántico. Finalmente, algunas de esas experiencias más destacadas se plasman sobre la propia carga genética del individuo en forma de marcadores, mediante una relación de cambios en la bioquímica del genoma, con adaptaciones de carácter fisiológicas por ejemplo en la ley de Bergmann y Allen, con los genes MHC del cromosoma 6 implicados en la definición de lo propio y el reconocimiento de intrusos parasitarios; o activaciones psicosomáticas por ejemplo las que se producen con el gen D4DR que regula la dopamina, para deprimir el sistema inmunológico o de los cromosomas que intervienen en el aprendizaje del lenguaje. Todos estos resultados evidencian a groso modo que nuestro entorno nos condiciona de forma inconsciente en mayor medida de lo que pensamos. Y a pesar de todo, la lógica en estos procesos biológicos demostrativos también nos indica que gracias a la observación o asimilación de estos resultados o patrones que actúan dentro de nuestro campo de certezas, podemos crear o modificar con criterios propios de selección mediante la conciencia activa (interpretación), estas mismas relaciones inductivas que actúan en nuestro marco cuántico. Con esta apreciación de la propia conciencia activa, podemos estar conformes tanto con las posturas ontológicas que mantienen un enfoque conductivo dentro del proceso natural y evolutivo, como con aquellas que abogan por la exclusividad de los criterios personales. Además, este hecho también justifica ciertas diferencias que se dan con respecto a la tesis de Popper, resolviendo el desarrollo cognitivo no como un producto anclado a un mundo autónomo (M3) del hombre, sino fruto de un proceso creativo/cognitivo que requiere de una perspectiva proyectiva de los elementos sobre el marco virtual y cuántico generado por dicho espacio cognitivo o mesocosmos. A continuación, un desarrollo correcto de selección de ideas permite que los nuevos descubrimientos o conjeturas sean modificados por la conciencia que trabaja mediante la experimentación directa con los mundos posibles. Serán necesarios por ende, las representaciones sensoriales, la relación necesaria con el conocimiento objetivo y la práctica continuada de la actividad consciente en dicho mesocosmos de entropía estable. Esto nos asegura mayor exactitud en las aproximaciones de la mente intuitiva a la verdad más certera, ya que las conjeturas se proyectan dentro del marco de referencias, que a pesar de estar sometidas a las limitaciones del inconsciente preconcebido del individuo, después de todo, un trabajo correctamente enfocado debe producir por efecto de causa un resultado necesario. Tras un descubrimiento, muchos son los matemáticos o físicos que reconocen la excitación que produce los momentos previos al hallazgo, como si de una recompensa complementaria se tratara, por un prolongado esfuerzo a una continua expectativa de la conciencia guiada por el inconsciente que marca el paso. Dicha recompensa se suministra en forma de dopamina, producida por el mismo cerebro en el instante previo del descubrimiento intuitivo, esto es lo que se conoce en neurología como la antesala de la felicidad. Podríamos afirmar de manera metafórica, que el proceso que surge del intelecto humano acaba de "atravesar", mediante la práctica continuada, las limitaciones que plantea una hipotética "barrera cognitiva", siguiendo unas indicaciones acertadas desde el otro lado de dicha barrera. Por contra esta barrera metafórica no superada, siempre proyecta la imposibilidad directa en el desarrollo de nuevas necesidades lógicas. Por ende, este mismo efecto se prolonga de manera análoga a todos los aspecto del conocimiento puramente biológico (empírico/racional), incluido al positivismo más intuicionista, que parece no deja espacio a la crítica por la que abogan los más naturalistas, puesto que plantea razones puras que se dan de manera estrecha con la lógica divergente o en las matemáticas de singularidades.
Manteniendo estos mismos argumentos, podemos asentir que la composición áurea en la teoría del diagrama no usa un lenguaje semántico tradicional, sino que es un planteamiento geométrico proyectivo. Esto nos ayuda a aceptar su idea conceptual como una interpretación que puede variar en sus términos referentes a la ontología, ya que están sometidos al escrutinio de una realidad cambiante pero por contra, no podemos poner en tela de juicio su desarrollo sintético, pues se trata de una estructura con significado de proporciones espaciales que se establece mediante interrelaciones de elementos comparativos y/o demostrativos de la lógica geométrica, anclado en un principio geométrico. En este sentido, podemos concluir que siguiendo la postura del método proyectivo, logramos vadear con acierto cualquier crítica a un lenguaje interno construido a partir de una semántica que puede producir incomprensión o conclusiones erróneas.

METODOLOGÍA PROYECTIVA:
Esta formulación de causa, se puede resumir en una especie de intuición ingeniosa que permite al individuo atisbar de forma consciente el instante inmediato en el que converge todo su trabajo de autopoiesis, exclusivo de la entropía cognitiva del inconsciente. Con carácter prolongado, esta actividad se convierte en una suerte de idiosincrasia del individuo autoconsciente. A pesar de todo, la interdependencia en los elementos adscritos al proceso, explica con mayor claridad la situación determinante de lo que he denominado el punto phi, en el marco de referencias experimentales, alejado del propio sujeto pensante. Por consiguiente, debemos denominar al conjunto del diagrama como el mesocosmos de una realidad cuántica, proyectada sobre el plano, siempre que conjugue estos elementos esquemáticos.
Hasta este momento podemos aceptar que el diagrama reúne con razones de peso, todas las posibilidades que se dan en la epistemología y la ontología previa en una sola teoría conjunta. A partir de estas conclusiones y a la espera de nuevas demostraciones apodícticas, me veo en la obligación de mantener una posición activa frente al planteamiento que surge de dicho trabajo. Para ello seguiremos el sistema de la semántica empírica, con el que se formulan los juicios lógicos. En un breve trabajo de análisis empezaremos aislando el corazón del proceso en el que se representa la relación, de aquellos elementos estrictamente necesarios para la representación del desarrollo cognoscitivo. A continuación, debemos tener en cuenta que los lugares del gráfico ocupados por nombres demasiado metafísicos pero nada apodícticos en un sistema de semántica epistémica, deben ser sustituidos por palabras de síntesis lógica y así obtener mejores resultados pragmáticos. Empezaremos por (M2), denominado como el lugar donde se reproduce el efecto de la proyección en la conciencia activa es decir, donde se sitúa la perspectiva del propio "ente pensante" o SUJETO. Por extensión, (M3) que aparece como el resultado generado por la razón pura del conocimiento humano, pasa a convertirse en el conocimiento más exacto que tiene el hombre del entorno real. Entonces, podríamos definir este mismo concepto mediante la lógica sintética como el conocimiento objetivo o el OBJETO. Ya por último, tenemos el (M1) el cual, visto desde esta nueva perspectiva, se nos presenta como el entorno hipotético en el que se relacionan todos esos elementos posibles o necesarios, junto con una cantidad indeterminada de procesos adscritos. Algunos de estos procesos son más propios de la lógica aplicada a razón interna del SUJETO: la simultaneidad, la contradicción o la comparación. Mientras que otros procesos son productos de la física aplicada a la realidad que experimenta el propio SUJETO: la relatividad, la mecánica cuántica o la evolución biológica. En este sentido, (M1) de la metafísica pasaría a denominarse el "proceso puramente causístico", al que se ven abocados todos los elementos conocidos por "efectos” o procesos necesarios, lo que en síntesis sería la CAUSA/EFECTO. Llegados a este nivel de precisión, podemos decir que el triángulo dibujado en la correcta relación cognitiva quedaría invertido, puesto que el proceso de causa señalado anteriormente como (M1), sostiene sobre una misma realidad a todos los demás elementos que se relacionan en la misma línea, revelando una auténtica metodología proyectiva más próxima al neodarwinismo (selección de ideas). De esta forma, por proyectividad entendemos la relación interdependiente de los mundos posibles e incluso de su propio punto de proyección o enfoque. Un juicio semántico que se confirma con dicha síntesis, podría ser el siguiente: SUJETO con OBJETO es a CAUSA/EFECTO. De esta forma, se consigue subsumir la relación del sujeto y el objeto a un mismo nivel de causa y efecto. Esto es lo mismo que afirmar de un modo más prosaico, que el sentido de todo es producto de la relación entre necesidades lógicas, concatenadas por una serie de circunstancias determinantes. Si por el contrario, tomamos al SUJETO "pensante" como un sujeto activo para formular el juicio, tal y como se relacionaba hasta ahora en cualquier metodología previa y más próxima al escepticismo o solipsismo (internismo o externismo semántico), obtenemos que: SUJETO a OBJETO es a CAUSA/EFECTO. Esto es lo mismo que afirma de un modo más prosaico, que el sentido del individuo como ente pensante es su propia necesidad lógica de relación con el entorno cambiante.
Una vez empezado este proceso de lógica aplicada al método proyectivo hay que admitir una última posibilidad lógica o al menos, situar todos los factores como es debido. Nos encontramos entonces, que de dicha relación entre estos componentes semánticos en un estricto sentido cognoscitivo, se produce como consecuencia de CAUSA/EFECTO un RESULTADO, en la forma del punto phi. Sin embargo, podemos concluir que el RESULTADO en el mesocosmos de entropía cognitiva, es el EFECTO de una CAUSA cognitiva. Por ende, el esquema quedaría resumido de la siguiente manera semántica: La CAUSA dada por SUJETO con OBJETO produce RESULTADO (EFECTO). En un sentido más prosaico, esto se traduce en que cualquier trabajo cognitivo del individuo produce un resultado y por extensión, un efecto sobre su marco de experiencias personales.    

             
Todos estos juicios formales que se plantean sirven de partida, para crear una serie de relaciones entre los diferentes componentes del diagrama. Para eso, nos haremos con la síntesis que lo configuran y realizaremos una práctica composición de cualquier circunstancia de la realidad empírica. Esto es posible gracias a que el diagrama se realiza a partir de una lógica de síntesis geométrica y establece las normas básicas para cualquier situación en el espacio, mediante un sistema más conciso y visual de formular juicios lógicos que de una forma literaria.
Por contra, una vez intentemos llevar el esquema a la realidad que conocemos, emergen nuevas críticas o dudas lógicas sobre las matemáticas que gobiernan de forma taxativa cualquier superficie de la geometría. ¿Podemos extrapolar la misma síntesis de la proporción áurea que hemos planteado para el mesocosmos humano, a otros microcosmos o mesocosmos diferentes? Por otro lado, conocemos circunstancias determinantes en las cuales el espacio se reduce o se amplía, siguiendo diferentes planteamientos en la relatividad de nuestra percepción habitual sobre la realidad cuántica. En física, podemos decir que están sometidos a singularidades físicamente excepcionales. ¿Qué sucede entonces con este tipo de planteamientos?
En la primera duda planteada, podemos aceptar sin dudas la composición de la realidad entrópica cognitiva del hombre para cualquier realidad posible. Siempre que tengamos en cuenta que usamos una misma escala física (1:1,618) y no una estructura de superficie métrica variable. Además, el proceso en una composición áurea se adapta a cualquier composición proyectiva. Por tanto, los conceptos que se estructuran sobre el esquema suponen realidades evolutivas plausibles para cualquier entorno, aunque para ello debamos reducir el diagrama a una realidad atómica. 
Para la segunda duda, tan solo tenemos que recurrir una vez más a la geometría cónica (vectorial). En este sentido, hallamos un gran aliado en la geometría de conos nulos puesto que el diagrama es una representación cónica sobre la teoría cuántica y por tanto, encaja a la perfección en una geometría de relatividad espaciotemporal. Al trasladar el diagrama hasta una superficie geométrica que sintetiza con mayor precisión el continuo tiempo, podríamos encajar la estructura esquemática de una realidad física en cualquier entropía posible. En este sentido, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que la representación tridimensional de la teoría proyectiva encaja en la representación del diagrama de Minkowski


lunes, 11 de agosto de 2014

Metodología proyectiva: Razones comparativas del método.

LA PERSPECTIVA DEL ESCEPTICISMO CIENTÍFICO EVOLUTIVO:
Antes de comenzar a hablar sobre una metodología proyectiva como tal, he de hacer una breve introducción a la metodología científica de Karl Popper, para poder relacionar su propia teoría con los mismos conceptos que fundamentan el diagrama en el mesocosmos humano.
Para empezar, huelga decir que su novedoso planteamiento supuso para muchos coetáneos la resolución de uno de los problemas que planteaba la inducción de Hume y que el mismo Popper llamó la esquizofrenia del método inductivo, por su reconocida  contradicción del planteamiento. En su crítica más dura, Popper hace latente este problema hacia la idea de un sentido común práctico desde la única perspectiva del sujeto. A la larga, este procedimiento psicológico produce un resultado negativo en cualquier planteamiento racional respecto a una búsqueda de la verdad empírica, ya que dicho planteamiento estará destinado a topar siempre con el problema de las creencias erróneas. Hasta este punto, las conclusiones que plantea Popper sobre aquellos trabajos de epistemología clásica, y más concretamente en el trabajo de Hume, demuestran que la verdad en la que se mueven los sentidos del hombre desde un enfoque biológico, se encuentran mermados por una concepción finita en las experiencias percibidas en términos relativos, por un entorno de incertidumbre evolutiva. Por tanto, jamás podemos plantear juicios reales sobre nuestro entorno inmediato, basándonos únicamente en experiencias subjetivas e irreales. Es por tanto, que cualquier proceso de inducción o incluso de deducción intuitiva, propuesto en la razón pura kantiana mediante el idealismo transcendental, tan solo nos pueden llevar al error absoluto. Siguiendo sus propios planteamientos entonces, la explicación sobre el conocimiento más certero de nuestro entorno inmediato, o lo que viene siendo lo mismo, aquel que guarda mayor relación con la verdad y plantea menor falsedad o contrariedad a la hora de formular nuestras propias conjeturas empíricas, será el que se mueve en el terreno de las hipótesis o conjeturas inductivas siempre y cuando se hagan desde el prisma de la objetividad estrictamente autocrítica. Este planteamiento mantiene como el método más acertado el de la objetividad científica. Dicha metodología nos ayuda a establecer un entorno de "realidad segura" que llevado a la práctica psicológica, nunca puede arrojar luz directa sobre la búsqueda de la verdad definitiva pero que siempre se aproxima a una realidad al menos consensuada, sobre un entorno cambiante. En este ambiente de escepticismo científico, aún permanecen presentes errores de formulación en las conjeturas, pues según el propio filósofo siempre existe un proceso evolutivo en el conocimiento que nos permite replantear anteriores conjeturas, al realizar otras nuevas con mayor certeza de verdad y una vez más, estos errores vedados permanecen justificados por su teoría de falsación, debido a creencias en conceptos previos no asimilados de forma correcta o no contrastados debidamente. Para completar este nuevo planteamiento metodológico, el filósofo se aventura a realizar una teoría que resuelva al menos de forma eficaz, la posibilidad de hallar nuevos resultados en una correcta actividad cognoscitiva, mediante la teoría de los mundos posibles. Esta nueva teoría presenta un enfoque más homogéneo del proceso en el que se implica activamente al sujeto denominado como el mundo 2, que observa la realidad física que escapa a sus sentidos directos y que llamó mundo 1. Para obtener por tanto un resultado adecuado que se adapte a su planteamiento metodológico, es necesario asumir una nueva perspectiva autónoma, en donde se relacionen las ideas lejos del error del propio subjetivo, un último concepto no tan metafísico, denominado el mundo 3. Esta forma práctica nos permite la posibilidad de establecer un proceso seguro en el desarrollo psicológico del sentido común, siempre y cuando aceptemos un proceso evolutivo del conocimiento, a través de nuevas conjeturas que se formulan con los resultados más positivos respecto a la verdad científica previa.
Una vez alcanzado esta resolución, el propio Popper hace hincapié en este enfoque evolucionista, en relación con el tipo de conocimiento adquirido, pues al aceptar un método científico riguroso se produce una evidente selección innata de las mejores ideas. Esta selección de ideas sigue siempre un orden lineal en el tiempo y a su vez, desarrolla un patrón en la herencia cognitiva sobre la concepción del entorno para las sucesivas generaciones. Para Popper, este hecho resuelve por extensión ciertas dudas generadas respecto al conocimiento heredado, planeadas sobre el diagrama de la mente como un cubo en la teoría de Hume, o con las teorías de la tabla rasa tan extendida en la filosofía tradicional. Y mediante este proceso evolutivo en nuestras ideas, damos forma a los distintos campos de estudios que quedan ordenados de manera taxativa.
Hasta aquí, podemos decir que el trabajo de Popper se ciñe a la realidad científica de su tiempo y se plantea como un método con un enfoque evolucionista producto de los descubrimientos del momento. A pesar del excelente trabajo, los últimos avances en el campo de la física, las matemáticas o en el propio genoma humano, hubieran producido no pocas dudas sobre algunos aspectos en su propio enfoque del desarrollo cognoscitivo.

PERSPECTIVA METODOLÓGICA EN LA EPISTEMOLOGÍA CLÁSICA:
A mi modo de ver, surge aquí la gran evidencia en la teoría proyectiva con respecto al carácter de una idea cognitiva, en confrontación al resto de conceptos tradicionales. Es pues, este efecto un producto manifiesto que se revela al trasladar el desarrollo de cualquier proceso cognoscitivo, a un proceso de representación de espacios en un plano bidimensional o incluso espacio temporal, adecuado a un lenguaje primario que evite posibles dudas en la semántica. Y bajo este pretexto de una búsqueda que conjugue en cierta manera el consenso de teorías anteriores, y sobre todo respecto a la sólida ejecución en el método de los mundos posibles ‘proyectivos’, aquellos elementos que componen el proceso cognitivo aparecen destinados a guiarse sobre los vectores de continuidad que convergen en un mismo punto crítico y que finaliza en modo de resultado (efecto), el proceso in situ. Sin embargo, surgen aquí algunas dudas con respecto a otros planteamientos metodológicos, por ejemplo relacionados con el naturalismo más moderno, pero que pueden ser adaptados de forma eficaz a la estructura del esquema básico.
Si nos queremos remontar hasta un hipotético inicio que de cierta coherencia al conjunto comparativo, entonces debemos empezar por una metodología con carácter crítico y racional en el revelador proceso expuesto por Immanuel Kant y su positivismo fundamentalista, heredado de Leibniz, quien sentencia claramente que las matemáticas son el lenguaje de Dios. A partir de lo cual, Kant plantea que el resto del conocimiento es pura fenomenología intuitiva, pues este se proyecta sobre la propia esencia del sujeto que guarda la esencia de todas las cosa de manera innata. En este contexto, la realidad de un objeto es tan solo aparente. Para Kant, todo esto es propio de la razón, puesto que todo espacio externo y su contexto cognitivo siempre es aparente y relativo a la interpretación. Mientras que el tiempo que se expresa mediante las ciencias exactas, pertenecen al conocimiento innato del hombre con lo que puede revelar la verdad de las cosas externas sin la necesidad de su presencia sensorial inductiva. Esto es lo que el mismo llamó un idealismo transcendental, en contra del realismo transcendental copernicano. De esta forma, surge una metodología puramente esencialista que produce un razonamiento a priori.
En el extremo que pudiéramos llamar opuesto, nos encontramos con un proceso de exclusiva investigación de causa propuesto por David Hume, heredado de la idea planteada por newtonianos como Locke sobre la realidad inductiva. Este filósofo da un paso en la dirección de un pensamiento inductivo de investigación producto a su vez de la vinculación efectiva entre causa y efecto. En este sentido, el sujeto tan solo puede realizar relaciones de ideas que derivan en juicios de verdades eternas o relaciones de hechos contrastados empíricamente. Y llegado a este punto, Hume asume dos posturas fundamentales: la metafísica que derive en un conocimiento absoluto y el escepticismo que le niega por contra, la posibilidad de todo conocimiento. De esta forma, surge el comienzo de un objetivismo científico, en forma de una metodología empírica de puro realismo causístico, que siempre produce un razonamiento a posteriori.

PERSPECTIVA METODOLÓGICA EN LA ONTOLOGÍA TRADICIONAL:
A partir de nuevos esencialistas más ortodoxos como Martin Heidegger, se hace latente la imposibilidad de todo ser pensante independiente de la realidad que le rodea y se crea una nueva vertiente en la que se promueve un existencialismo, continuado de la idea de trascendentalismo kantiano, iniciando de esta manera un camino diferente con el hombre como un ser óntico. Por ende, este ser aún se sustenta en la idea de un fundamentalismo existenciario. En este sentido, podemos decir que el idealismo kantiano pasa a ser un subjetivismo del ser autoconsciente ante las evidencias de una ciencia creciente.
Por la contra, surgen otras formas de pensamiento que se inician a finales de s. XIX, tras el tractatus de Wittgenstein, dando paso a la escuela de pragmáticos y posteriormente neopragmáticos. Muy alejado del esencialismo heideggeriano filósofos como Dewey, James, Rorty e incluso un Putnam, defienden la importancia de la realidad desde un foco del conocimiento naturalista y práctico para determinar la realidad. Estos dos puntos de partida contrapuestos, tras el paso de la epistemología clásica (búsqueda exclusiva de la verdad) a la ontología tradicional (búsqueda de la verdad del conocimiento) sirven para posicionar a estas dos vertientes, la esencialista y la pragmática, como vertientes opuestas dentro de los esquemas básicos. En este sentido, podemos decir que el realismo newtoniano pasa a ser un objetivismo del hombre autoconsciente ante las evidencias de una ciencia creciente.
Sin embargo, toda esta vertiente sobre un conocimiento objetivo acumulativo que produce resultados directo sobre el hombre social, nos obliga a realizar una pequeña modificación en la figura central, en la que se igualen en un mismo nivel de causa la conciencia subjetiva (M2) y el conocimiento objetivo (M3), destacando la importancia del conocimiento en esta nueva etapa. A este respecto, el filósofo Carlos Castrodeza rescata una conclusión señalada por Michael Gillespie: “la conciencia no se puede simplemente identificar con el sujeto, sino que más bien es un combinado de sujeto y objeto, esto es, algo en lo que espíritu y naturaleza aparecen siendo lo uno para lo otro”. Para Popper, en este marcado punto, el dilema que le plantea cualquier método subjetivo que se enfrente directamente a su teoría de la falsación, es concluido con una crítica tajante a una única verdad dogmática que conlleve al error ideológico. Tan sólo en un momento de mayor amplitud filosófica, el propio autor admite la posibilidad de un "esencialismo modificado" abierto a cambios y basado exclusivamente en las teorías unificadoras que se formulan con el método científico evolutivo. Sin embargo, dicha metodología no puede conducir jamás a una teoría de esencialismo universal, ante la concepción de un universo cambiante. Para esto, Popper sitúa la relación de nuevas ideas en el método científico, fortalecido en un proceso exclusivo de un tercer mundo (M3) autónomo. De esta manera, surge definitivamente una metodología científica que siempre produce una relación de ideas objetivas.
A estas alturas, tal y como se puede deducir de todas las conjeturas o hipótesis anteriores al planteamiento de Popper, la concepción de una idea se relaciona a partir del carácter dependiente o independiente a su proceso de desarrollo. Pero esta relación preconcebida hace latente como los distintos pensadores intentan dar una explicación coherente a las razones, para formular un juicio empírico o racional desde la perspectiva del intelecto humano, es decir desde una perspectiva subjetiva u objetiva de la apreciación humana. Por el contrario, las nuevas vertientes demuestran una clara intención, más acuciante para algunos casos, en que se hace imposible trazar un plano delimitado sobre el tipo de proceso que define a ambas formas del conocimiento. En este sentido, la proyección áurea, a partir del principio de la teoría de los mundos de Popper, manifiesta ciertas similitudes con la nueva epistemología y en contra de los anteriores conceptos del conocimiento intelectual. Se plantea pues, desde la proyectividad, una interrelación de los elementos que configuran la entropía cognitiva generada por el hombre y debido a esto, sería temerario afirmar rotundamente que se trate de un proceso independiente o dependiente del intelecto. Por todo esto, se hace patente una vez más la importancia del pequeño giro en la figura central que define el diagrama para cambiar la orientación en la metodología de la búsqueda de la verdad. A continuación, surgen nuevos preceptos más recientes que refuerzan el nuevo planteamiento del esquema principal siguiendo estos mismos resultados. A modo de anotación, antes de pasar a detallarlos, debo aclarar que a pesar de que con la ontología desapareció la obsesiva necesidad de separación entre lo racional y lo empírico, tanto el esencialismo kantiano como el empirismo humeano han perdurado en la forma de distintas posturas dentro de un proceso evolutivo de selección de ideas más esencialistas o pragmáticas, dentro de un naturalismo u un positivismo moderno. Así pues, aparecen nuevas corrientes metodológicas que se adaptan a los resultados de nuevos descubrimientos científicos. Esto a su vez, ha fraguado gracias a un cambio en la lógica más tradicional, dando paso a una relación de juicios lógicos conocidos como empirismo semántico.
Llegado a este punto, se hace necesario señalar la postura metodológica del neoesencialismo. En este sentido, han sido pensadores como Willard van Orman Quine, Hilary Putnam o Kripke quienes han defendido el término como tal para relacionar la realidad imperante con la percepción del individuo más naturalista. La idea central está influenciada de manera directa del esencialismo kantiano puesto que mantiene la postura ontológica de la percepción que se produce de la realidad y la categorización de la misma desde la apreciación que el hombre hace de su entorno. Pero este nuevo planteamiento lleva a Kripke hasta un verdadero neoesencialismo metodológico, al exponer una teoría de referencias directas mediante designadores rígidos por patrones en la categoría de clasificación en los objetos, respondiendo a una misma esencia descriptiva o semántica propia. Dicho proceso que sí engloba fácilmente los diferentes elementos de forma necesaria, surgiere una apreciación más causística de la investigación moderna en el conocimiento evolutivo, pues delega cualquier grado de verdad en la relación de todos los mundos posibles, proyectando sobre un único resultado que asigna la verdad de un objeto ligado a un contexto necesariamente semántico. Por su parte, tanto Putnam como Quine abogan por una corriente neoesencialista basada en lo que denominaron como realidad metafísica externa. Para ello, Putnam se ayudó de una secuencia finita de elementos que definen el significado de cada término del lenguaje en su teoría del significado. Sin embargo, en este proceso de una categorización o búsqueda de la esencia de la realidad y motivado por algunos resultados en la lógica de su mentor Quine, ambos filósofos naturalistas llegan a una misma conclusión, dos posturas contrapuestas: un internismo semántico (realismo interno) o externismo semántico (realismo metafísico). Putnam llega a la conclusión de que a pesar de la independencia de la realidad causística sobre la mente, la estructura del mundo debe ser impuesta por la mente humana y sus esquemas conceptuales. Siguiendo esta marcada línea cada vez más alejada del externismo semántico inicial, Putnam abandona su posición esencialista, y finalmente se decanta por una idea más pragmática en un solipsismo moderno heredado de la idea previa del escepticismo fundamentalista, con su referencia más próxima en el escepticismo absoluto del método causístico. De esta forma rescata el término de solipsismo como tal, con la que el filósofo lanza una crítica a la postura psicológica naturalista de Quine.
A la vista de este resume comparativo, se demuestra que la relación que surge de la proyección áurea en geometría, no es más que un planteamiento revisado de todas las posturas que se aúnan desde la ontología y la epistemología clásica hasta el momento.


PERSPECTIVA METODOLÓGICA EN LA FILOSOFÍA MODERNA:
A tenor de los más recientes descubrimientos surgen nuevos dilemas con la búsqueda de una teoría unificadora en la filosofía científica más puramente positivista. Sobre todo tras los hallazgos de la relatividad general de Albert Einstein, la mecánica cuántica de Planck la formulación de la teoría del caos, o el posible determinismo científico que encierra el universo en la formalización de la teoría del Big Bang, con Stephen Hawking a la cabeza. En este mismo sentido, la filosofía naturalista, también ha afrontado nuevas dicotomías que se encauzan hacia posturas más extremas del evolucionismo y más concretamente, a la selección naturalizadora como principio que rige nuestra realidad más directa, a partir de la síntesis del ADN o de los últimos hallazgos en neurociencia. A esta oleada de hallazgos científicos, tanto puramente físicos (positivistas) como biológicos (naturalistas), hay que sumar los avances tecnológicos que a su vez, facilitan nuevos descubrimientos. En una vertiente más neodarwinistas (realismo evolutivo), en las nuevas corrientes de la filosofía naturalista destacan autores como Richard Dawkins, Jay Gould o Matt Riddley, que defienden una suerte de pensamiento más globalizado o conciliador, motivado por las teorías del altruismo recíproco o los simulacros sociales en antropobiológía. Todo esto encauzado en una nueva corriente que lo impregna todo con su tautología causística en forma de selección natural. Desde estas nuevas perspectivas científico-objetivas, se establecen ideas cada vez más pragmáticas que dan inclusive, paso a recientes ramas del saber, como por ejemplo: la física teórica y las probabilidades matemáticas en el positivismo pragmático; o la etología, la sociobiología, la psicología evolutiva en el naturalismo pragmático.
Sin embargo, aún podemos encontrar posturas más ortodoxas en la filosofía actual, con la escuela de esencialistas belgas y autores como Jaque Derrida. Estos defensores de una ontología moderna que se enfrenta a pesar de todo, a las ideas de una filosofía cada vez más científica, mantienen una postura crítica, desde una trinchera puramente literaria, ante las estrategias o simulacros que plantean las nuevas teorías científicas. Todo ello, continuando con el legado del esencialismo heideggeriano más profético y una condición extremista en su discurso. En este sentido, esta nueva ontología ortodoxa se conoce como el pensamiento kínico, es decir, la filosofía del cinismo (idealismo moderno).  
Finalmente, es necesario mencionar que el principio de causa (matemático) que impera en el diagrama final de la proyectividad lógica, explicado más adelante, adapta sin problemas los planteamientos más modernos tanto en las vertientes científicas como las más filosóficas de la actualidad, sobre todo con la concepción de un tiempo causítico en una función matemático-relativa y extendido a la concepción más puramente metafísica. En este sentido, se hace importante la creación de un vector tiempo virtual y prolongado sobre el que convergen (o resultan) la proyectividad humana y que señala de forma análoga hacia un principio fundamental en la entropía de la realidad, dando cabida tanto a los principios de la realidad cuántica (causística) como a los de la realidad evolutiva (selección natural). Es decir, una tautología o principio de causa que evidencia un camino ideconstruible del tiempo más metafísico-aristotélico. Este trabajo de conjugar un entorno cognoscitivo bajo un mismo proceso que no es necesariamente producto de uno solo de sus elementos, permite una vez más, aceptar como buen planteamiento cualquier proceso metodológico moderno que se adapte a las exigencias del proceso más básico del hombre en su relación directa con su entorno inmediato.


lunes, 4 de agosto de 2014

Ejercicio de psicolingüística: El efecto del color.

CAUSA: La primera parte de este ejercicio, es una actividad de ámbito conceptual. Con este apartado denominado “causa”, se pretende evidenciar o transcribir a un contexto literario, como un concepto aparentemente estético se manifiesta en una serie de características o patrones de repetición, mediante la física o la biología de nuestro entorno. Para realizar dicho experimento he utilizado el recurso literario del verso. Este recurso establece unas normas mínimas para toda la composición semántica, como son cuatro estrofas de cada verso descriptivo, las rimas asonantes o una estructura de composición: A-B-B-A. La mayor parte de las palabras que se han utilizado, son adjetivos descriptivos o sustantivos utilizados como conceptos, basándome en las funciones básicas de la incidencia lumínica en nuestra realidad más inmediata.
EFECTO: La segunda parte de este ejercicio es tal vez la más interesante. Con ella se demuestra que si probamos a leer los mismos versos, utilizando un color neutral para las letras, debemos ser capaces de adivinar algunos de los colores descritos (lo normal sería acertar más de la mitad). ¿A qué se debe esto? Pues, a que la manifestación de dichos patrones en nuestro entorno ha creado también una proyección de repetición en nuestra cultura y por ende, en nuestro inconsciente. De ahí que asociemos ciertos colores a los diferentes elementos de nuestra realidad, de una forma casi inconsciente.
Este ejercicio está en consonancia con algunos preceptos del enfoque verbal sobre antropología cultural, realizados por Brent Berlin y Paul Kay en la teoría de los BCT (Basics Colors Terms), con los estudios de un lenguaje más empírico sobre los mecanismos psicofisiológicos de Lenneberg y en relación a los principios de la simbología del color en la semántica, realizados por Stephen Ullmann.


Profunda pasión magnética,
cual cálida y positiva.
Vibrante onda expansiva,
de sanguínea estética.

Frío marco etéreo,
próximo reflejo lumínico.
 Velamen marino al viento
de sutil replique pétreo.

Pastos de espectro fluidos,
rebrote de esperanza cruda.
Húmeda piel inmadura,
 naturales constantes y pasivos.

Cálido cielo chillido
de día, exclamativo.
Sinónimo de abrasivo,
de árido sol bruñido.

Un reflejo estático,
de liviano desmedido.
Puro espectro insípido,
como níveo gélido.