Hace días oí una curiosa anécdota, la cual no
conseguí olvidar. Al final, he decidido escribirla para, de forma perenne, poderla
recordar.
Me produjo suma vergüenza, que quien la narró
no captara enseñanza. Y es que a veces hasta los más absurdos sucesos, guardan
con recelo sus propios consejos.
Como he dicho al comienzo, quien la relató lo
había vivido, no miento. Y según parece estuvo en el momento, cuando se dio
lugar el encuentro.
Me dijo exactamente: “En las tardes de verano caminaba por cierta campiña al norte de no sé
bien qué país, pues lo he olvidado. Al poco, descubrí que el paseo por esos
lares fue acertado, pues muy pronto con Villavieja había topado. Allí me
informaron que los juegos de solsticio de verano, habían comenzado y si
permanecía el fin de semana completo, a muy seguro me iría encantado. Siguiendo
aquel consejo local, permanecí atento por lo que allí pudiera pasar. Y al
segundo día de mi estancia, descubrí de qué iba toda aquella chanza. La gente
del pueblo pronto se reunía para darse cita en la plaza dividida, el único
lugar colindante con las gentes de Villanueva.”
“Una
vez frente a frente los dos pueblos vecinos, formaron sus grupos bien unidos. Por
lo visto los de Villavieja en estos actos concurridos, aun no conocían victoria,
pues sus contrarios siempre se llevaban la gloria.”
“Cuando
todo indicaba una competición de comer tartas o preparar más platos típicos,
los de Villanueva traen a todas sus mascotas, mientras los del pueblo contrario
hacen lo mismo. Juntaron ambos grupos las reses de sus lados y sobre ellas aún
subieron todavía más ganado. Primero al bobino, luego al porcino. Dejaron sobre
estos a perros y gatos. Y no se olvidaron de gallinas y patos.”
Según contó mi amigo, “Villanueva tomaba la delantera, estaba claro que sus animales tenían más
solera. Al cabo de unas horas, se formó una gran torre de ganado, que no
resistía ni el soplo más calmado. En un abrir y cerrar de ojos todo se vino abajo,
se observó cómo los animales caían sobre sus amos.”
“Aquel
amasijo de carnes, con villanuevenses
incluidos, parecía indicar el final de esos juegos tan doloridos. Sin
embargo, no hizo más que comenzar, para pueblo ganador, la fiesta más popular.”
Desde luego a estas humildes gentes, comida
no les iba a faltar.

No hay comentarios:
Publicar un comentario