lunes, 30 de marzo de 2015

Microrrelatos desprendidos.

LA MADUREZ:
Así era el génesis. A que no hubiera tono más dulce que el arroyo que linda en la ribera, en los límites de su existencia, allí donde se perdía la vista entre longevas columnas arboladas, de repliques y soniquetes de aves del paraíso. Empero no es un día cualquiera, cuando toda esta aparente existencia cambiase por completo. La figura le desvela entonces, tal como en sueños más profundos, robándole las horas de su paz interior. Tornó su vida en una desdicha amarga, para mancillar la cotidianidad la seguridad del efebo, dando largas zancadas al deseo. Donde antaño hubiere un individuo único, tal vez difiera en sucintas nimias, de forma repentina se acostumbra a los placeres de la curiosidad no correspondida. Y sin más, comienza a llamar una voz por su ventana. Al principio pura fantasía desmedida. Tal vez recuerdos de vidas pasadas, como el eco de una lejana impresión. Nada de lo que lea jamás corresponde a esa escueta llamada. Ninguna descripción se asemeja a la melodía. Cada día con su noche más intensa. Decía cosas ininteligibles al inicio, tan solo traducidas para el corazón. Pronuncia palabras de consuelo que silban más allá del tono de un instrumento simple. Suben luego desde el corazón transmutado, más desolado que nunca, para rondar la cabeza contrariada, para modificar la razón ajena y solitaria. Rodea de dulzura envenenada cada sonido que se emite desde su madriguera de mujer.
Cierta noche de cansancio, de penumbra iluminada por una luna redonda, salió en busca de la voz que ya tanto anhelaba. Sin vestir o mayor cordura, paseó por la campiña. Buscó siguiendo aquello que robó su calma despreocupada. Anduvo por la helada foresta. Luego cruzó un ebrio torrente de agua. Más tarde subió a una loma parda, dibujada sobre un ensombrecido horizonte. Cruzó entre las hileras de frondosas formas vegetales que reflejan un odio vetusto por su naturaleza arrugada y sus raquíticas ramas despobladas. Cuando alcanzó los límites de sus reino, se convenció de que debía volver sobre sus pasos. Se ocultó de nuevo en su palacete, que lo protegía del sibilino exterior. Sin embargo, en su cabeza seguía atrayéndole una lejana voz. Y como de costumbre aparecía de nuevo la figura sin rostro pero de atractivo fulgor y feminidad. “¿Dónde se haya esa forma tan singular? ¿Dónde se oculta esa deidad que aparente en mis pensamientos?” Se preguntaba desconsolado. Tal vez fuera la soledad que avisa desde la necesidad de la carne. Tal vez. Quizás fuera el corazón enjaulado que grita el antídoto para su desdicha. Con el tiempo asimiló lo que aquella melodía venía a decir. Quiso entonces darle un nombre para así entablar conversación. Por ende, la llamó Soledad, cuan nombre de mujer por su atractivo dibujo. A continuación, repetía cada noche al descubierto, con la llegada de una nueva oscuridad:
Soledad que llamas cada noche.
Soledad que abrumas mi paz.
Soledad que turbas mi calma.
¿Soledad por qué te evades sin más?


UN MANUSCRITO:
¡Qué gran amigo! He compartido con él una única historia la mía propia y por el contrario, ha sido más que suficiente que diría Selassie o el mismo rey David. Él no demanda más, sin embargo, os repito ¡qué gran amigo! Rememora montones de sitios donde pasamos horas, hablando sobre el pasado, el presente y los supuestos futuros. Sobre grandes empresas o grandes emprendedores. Me contó abiertamente sus secretos más ocultos, mientras prestaba entera atención. Cada minuto era fugaz, ameno. Me evadía del tiempo. Me atrevo a decir que en ocasiones sus palabras me hacían abstraerme inclusive del espacio, podía decirse que nos arreglábamos con el mundo. No solucionaba mis problemas pero si las dudas posibles, suficiente para sortearlos pues. Es interesante reseñar que ese instante significaba atesorar una relación equilibrada, ontológicamente cuasi negentrópica.
Amigo mío, debo decir, ahora más que nunca, que me has ofrecido la historia que guardas en tus entrañas, sin denuestos, ni demandas. Yo te he oferté mi tiempo con el resultado de tu entero altruismo. Cuanto hemos reído, disfrutado pero también sufrido. Aún con todo, tranquilo porque yo me quedo con que todo ha sido sincero y no fingido. De algún modo, te llevo en el alma y aún por nuestras evidentes diferencias físicas, con cada secuencia de nuestro espacio tiempo imborrable, te aprecio como un compañero eterno al leer tus páginas de nuevo.

domingo, 15 de marzo de 2015

Juego de lógica: Un valor abstracto.

1. INTRODUCCIÓN AL CASO:
Jonás es un pintor de renombre y su obra es bastante reputada. Sin embargo, su personalidad excéntrica y tiránica a veces supera la grandeza de su trabajo portando consigo pavor entre los que le rodean. En uno de sus últimos eventos de presentación de su obra en sociedad, algún insensato empleado a hecho desaparecer de manera fortuita una de sus piezas de más valor, titulada “GAFAS DE INVIDENCIA”. La euforia del artista junto a la desesperación de su marchante, se convierten en un volcán a punto de entrar en erupción, a tan solo unas horas de la inauguración del evento. Esta horrible situación provoca un revuelo desmedido entre todos los operarios disponibles para la organización del evento. En ese preciso instante, todos los involucrados en el montaje se ven irremediablemente amenazados por la sospecha de sustracción de la pieza. Julio es uno de estos empleados, amante del arte por otro lado, que se ve en la obligación de realizar algunas pesquisas propias, con tal de desviar la acusación de robo que recae irremediablemente sobre su persona. ¿De qué modo Julio desentraña el enigma? ¿Se trata de un robo o un simple descuido? En cualquier caso, ¿quién es el culpable de estos actos?

2. PERSONAL IMPLICADO:
Las obras han sido transportadas hasta la presentación con cautela por una empresa local de transportes llamada "PEX" y por tanto, el personal encargado del transporte (FASE 1) y montaje (FASE 2) queda dividido en dos grupos. En este sentido, no es necesario conocer sus nombres, tan solo sus competencias directas y algunas referencias:
FASE 1:
- J. R.: Es el conductor del camión que condujo los cuadros hasta la exposición. Según su relato, ayudó a descargar en el almacén de la galería desde la referencia 320 hasta la 325. Este empleado asegura como buen profesional además, llevar más de un año en dicha empresa de transporte.
- P. M.: Descargó todo el porte completo. Como responsable directo en la descarga del porte, es responsable directo del trabajo que desempeña L. H. Este empleado, asegura que lleva apenas cinco meses desempeñando su función en la empresa.
- L. H.: Este ayudante de descarga, contratado mediante una empresa de trabajo temporal para el porte, asegura que ayudó a descargar las referencias 326 a la 329 y desde la 340 a la 343.
FASE 2:
- R. L.: Este operario contratado expresamente por el marchante para una auditoría de la relación de todas las obras, asegura con un certificado (pista 1) que todos los lienzos llegaron sin problema.
- K. R.: Este empleado recientemente contratado por el galerista es un experto en su trabajo, con más de siete años de experiencia en el almacenamiento de colecciones de un valor muy preciado. Por su parte, se encargó del desembalaje de las obras y según su testimonio, ayudó a montar desde las referencias 321 hasta la 325.
- M. C.: Este ayudante de almacén contratado para la ocasión responde ante K. R. y mantiene que tan sólo ayudó a desembalar las obras 327 hasta la 342.
- J. P.: Encargado del montaje y la distribución de la obra. Se trata por otro lado, de la mano derecha del marchante de arte y la persona que dio el aviso.
- M. B.: Según la coartada de este trabajador temporal, a las órdenes de J. P., junto a Julio el protagonista, ayudó en a montar las obras con las referencias 320 por un lado, y desde la 326 hasta la 343.

3. PISTA 1: Nº DE REFERENCIAS.
Puesto que cada lienzo del artista ha sido debidamente embalado y por tanto, con una correspondiente numeración aquí se detalla una relación de los nombres, las dimensiones y sus correspondientes referencias.


4. PISTA 2: PLANO CON LA DISTRIBUCIÓN DE EMPLEADOS.
Este plano cenital, señala claramente la distribución de los empleados en la galería, divididos en las dos fases correspondientes.


5. RESOLUCIÓN DEL CASO.
En primer lugar, debemos aceptar las respectivas referencias que nos proporciona la pista número uno (el albarán), como si fuesen números positivos enteros. De esta forma, nos será más sencillo asignar con un breve esquema, cada obra a la función de trabajo que desempeña cada operario, en cada una de las fases según su coartada:
FASE 1:
- J. R.: DESCARGA: 320-321-322-323-324-325.
- P. M.: DESCARGA TODO EL PORTE CON AYUDA DE J. P. Y L. H.
- L. H.: DESCARGA: 326-327-328-329 Y 340-341-342-343.
FASE 2:
- R. L.: RATIFICA LA LLEGADA DE TODO EL PORTE.
- K. R.: DESEMBALA TODO EL PORTE Y MONTA: 321-322-323-324-325.
- M. C.: DESEMBALA: 327-328-329-340-341-342-343.
- M. B.: MONTA: 320 Y 326-343.
- J. P.: SUPERVISA Y DA EL AVISO.
En segundo lugar, debemos asignar las funciones de trabajo a cada una de las respectivas zonas, marcadas por otro lado, en la leyenda de la pista número dos (el plano cenital).
- ZONA ROJA: DESCARGA, DESEMBALAJE.
- ZONA AMARILLA: MONTAJE.
Tras realizar estos dos esquemas sencillos, se puede apreciar que la obra pasó en dos funciones consecutivas por las mismas manos y en ambas, ocurre en el mismo lugar de la galería, el almacén donde se descargan las obras. Por tanto, K. R. es quien más probabilidad tiene de haber perdido o sustraído dicha obra, por función de trabajo y por localización donde desempeña estas funciones. Todo esto coincide además, con la evidencia de que la obra perdida es la de menor tamaño y por ende, la más sencilla de ocultar.
La resolución del caso una vez es esclarecido no es necesaria, aunque el hecho más evidente es que este operario en principio de confianza, ocultara la obra entre el montón de desechos que se generó tras el desembalaje de las piezas de arte.