lunes, 28 de octubre de 2013

Alquimia vital: Poción de la fertilidad productiva.

POCIÓN DE LA FERTILIDAD PRODUCTIVA:
 A mi parecer, una buena producción artística se combina siempre de dos elementos que se retroalimentan y no tienen sustitutos bajo ningún caso posible. El binomio perfecto es por tanto el equilibrio entre la imaginación (riqueza interior) y la expansión (búsqueda) del conocimiento empírico. A continuación, detallaré el porqué de ambos elementos, tan presentes en cualquier “manifestación artística”.
Comenzando por el cultivo de un mundo interior prolífico, queda implícita la importancia de este elemento dentro del desarrollo cognitivo/creativo. Alimentar esta faceta de nuestro cerebro nos ayuda a crear un mundo rico en posibilidades creativas. Además, este elemento incrementa al mismo tiempo, nuestra capacidad de vislumbrar o hallar nuevos territorios del intelecto que trasmitirá a su vez veracidad y solidez a nuestras composiciones imaginarias.
El segundo elemento de esta composición, es decir el conocimiento o verdad empírica es tal vez, el más difícil de obtener en un mundo saturado de información banal o que desfavorece a una verdad objetiva. Esto quiere decir, que entre tanta información se nos hace difícil aprender y encontrar el conocimiento necesario para dar credibilidad a nuestras propias manifestaciones artísticas, sin estar influidos por corrientes de información que puedan llevar al error. Este conocimiento al mismo tiempo, como ocurre con la imaginación, complementa nuestro mundo interior, con materia sólida para edificar firmes las paredes de nuestras actividades intelectuales.
En definitiva, podemos decir que tanto la imaginación como el conocimiento, son elementos indisolubles e imprescindibles a la hora de tener una producción fértil. Para esta lección es fácil ayudarnos de un símil o metáfora: se puede decir que la imaginación es el vehículo que el conocimiento pone en marcha pero al mismo tiempo, los papeles se pueden invertir. Las manifestaciones creativas se deben componer, valorando siempre ambos elementos de la misma manera, solapándolos y complementándolos, lo que nos ayudará también a definir con profundidad, las diferencias que existen entre dos mundos, el real y el fantástico. El equilibrio entre ambos elementos, es la manera idónea para que sean útiles y diferenciados. Por ende, solo es posible hallar la producción fértil, en una creatividad retroalimentada por la búsqueda curiosa e imaginativa.

PROPUESTAS PARA EJERCICIO:
 No es muy difícil elegir una actividad que nos ayude a desarrollar estos dos elementos. El conocimiento solo se expande a través de la actividad de nuestro intelecto, nuestra curiosidad innata, diferenciando entre la información que verdaderamente nos es útil o necesaria. Para ello podemos combinar este consejo con casi todas las lecciones anteriores, en especial con: compresión lectora (de los dos niveles) o hablar con el pasado.
Por otra parte, la imaginación no es más que la búsqueda de nuevos elementos entre las premisas establecidas por el conocimiento empírico. Lo que nos llevara a creaciones más sólidas relacionadas con nuestra búsqueda personal de la verdad.



       

lunes, 21 de octubre de 2013

Cuento Macabro: El murmullo de las aves.


Después de adquirir su nueva propiedad en heredad, Carlos guardaba un sano interés en conocer a todos sus vecinos, por muy lejos que estuviesen sus casas. Con ello practicaría lo que él denominaba, “la socialización del territorio”. Pensando en estas y otras ideas para su nuevo hogar lo primero que hizo, tras airear la casa, fue acudir a visitar el terreno vecino más próximo y que pertenecía a un viejo ermitaño. El hombre vivía en la ladera de una montaña, en un trozo de tierra que bordeaba gran parte de su pequeña parcela. Al llegar a la zona, le dio la impresión de que el lugar exacto donde residía aquel hombre solitario, era más bien una vetusta cueva, por cierto mal acabada, que un lugar al que pudiera llamar hogar. Por otro lado, en las primeras conversaciones que mantuvo, el viejo aseguro, con pruebas fehacientes, que tenía los papeles de aquel pedazo de roca en regla. A partir de entonces, la relación entre ambos fue cordial y respetuosa y más aún, cuando las lindes de sus propiedades tocaban en más de doscientos metros. Muy pronto, el interés en el extraño viejo, copó toda la atención de Carlos, con respecto al resto de vecinos y propietarios.
Cierta tarde, el muchacho decidió acudir a casa del ermitaño sin nombre, llevando consigo una botella de un exquisito vino de su pueblo natal. El día había agotado sus horas de luz y el Sol se fundía en el horizonte en una especie de hermosa y fina llama rojiza, mientras daba paso forzoso al baño de plata de su mujer, la Luna, sobre la penumbra del campo, como una maldición de dos amantes. Cuando Carlos había alcanzado el límite de su terreno, observó una luz titilante junto a la cueva del dueño y de forma inmediata, pensó en la cena. Le era indiferente si se trataba de una rata o una liebre pero esa noche, la regarían con un buen trago de vino dulce. Ya se encontraba cerca de la hoguera, cuando el joven descubrió algo que le desconcertó. Entonces, decidió permanecer observando, quedo y atento. En la inquietante escena, el apacible hombre descansaba junto al fuego, junto a dos pequeños pájaros, posados en su hombro derecho. A su vez, emitía una serie de trinos y sonidos entrecortados, más cerca del entendimiento de las dos avecillas. Los animales parecían comprender todo lo que el anciano decía y respondían con sendos cantos a su interlocutor humano. El impresionado Carlos, retrocedió un paso atrás y pisó sin querer una rama, provocando una brusca huida de las aves.
Lo siento mucho.” Se disculpó el muchacho, mostrando al extraño propietario la botella de vino, en un cortés ofrecimiento. El viejo agradeció el obsequio y acepto las disculpas, luego le pidió al visitante que se aproximara al fuego, pues intuía que aquella noche sería bastante helada.
Durante esta especie de velada rustica e improvisada, los dos hombres sintieron el deseo de saber un poco más el uno del otro, conocer cuáles eran sus inquietudes y en definitiva, intimar como amigos y no como meros conocidos. Pero lo que de verdad interesaba a Carlos, era aquella situación previa tan peculiar. Con esa insistente curiosidad, llamando continuamente a las puertas del subconsciente, se atrevió a abordar el tema tras dos copas de vino y su vergüenza mermada por el alcohol. Entonces, el viejo le conto una historia fascinante, algo así como el relato de su vida. Según narró el ermitaño, había pasado la mayor parte de su vida entre hombres sabios de tríbus perdidas, en otros países y regiones. Había vivido con chamanes de Sudamérica durante algún tiempo; tuvo que aprender lenguas remotas y extrañas para poder entablar diálogos con algunos santeros y brujos de África; también converso, durante horas prolongadas con brujos y hechiceros de Asia o Europa del Este. Él se consideraba a sí mismo un alquimista. Y de esta forma tan peculiar, afirmaba que adquirió ciertos talentos poco habituales en hombres de ciudad. Después, añadió que su capacidad para hablar con las aves, la aprendió de los árabes de oriente. Aseguró, que este conocimiento se trasmitía entre selectos hombres sabios, desde los tiempos del rey Salomón que a su vez, fue enseñado por la misma reina de Saba.
Carlos, bastante impresionado por todo lo que oía, quiso conocer aquella curiosa ciencia. Fantaseo con llevar a todos los extremos su “socialización del territorio”, sin hacer distinción entre hombres y animales.
No es seguro aprender a escuchar a los animales para el hombre de ciudad.” Fue lo único que respondió el viejo. Entonces, le conto que el campo, como todo poder de la tierra, guardaba secretos que el hombre moderno no debía saber jamás y que tan solo aquellas personas que gestionaban las vidas de quienes vivían tan cerca de la naturaleza más salvaje, tenían el derecho a escuchar con la intención de mantener a sus gentes a salvo. Carlos no consiguió aquella noche su propósito, a pesar de la ensalzada amistad que produjo la magia del vino. Pero no por ello, dejaría de insistir en los días venideros.
Pasaron varios meses y el viejo cayó enfermo. Una horrible neumonía amenazó con acabar con sus días sobre la tierra, debido a su avanzada edad y a las precarias condiciones en las que se mantenía. Conmovido, Carlos decidió hacerse cargo del pobre hombre, que se negaba abandonar su propiedad en el tiempo que le quedaba. El anciano en agradecimiento, le ofreció un montón de papeles viejos, afirmando que en ellos se explicaba el increíble método para comprender a los animales. Pero antes, le advirtió de forma severa que si algún día decidía estudiarlos, le cambiaría la vida para siempre.
Pocas semanas después, el viejo había empeorado y a continuación, dejo de sufrir los arrebatos y achaques de su enfermedad, dando paso a la tranquilidad eterna. Carlos no pudo esperar ni un segundo y tras enterrar al ermitaño cerca de su cueva, como había prometido, se apresuró a leer el manuscrito. Pasó los siguientes días, recluido en su morada y absorto en cada página del extraño texto. Al cabo de unos meses, el joven había memorizado todos los conceptos básicos que el fallecido alquimista había plasmado sobre el papel. A partir de aquel entonces, empezaría la verdadera prueba de fuego, debía poner en práctica todos los conocimientos adquiridos gracias al viejo.
En un primer lugar, el muchacho pretendía acudir hasta el territorio del viejo, intuyendo que los animales de aquel lugar, estarían más habituados a la relación con el hombre. No le hizo falta cruzar al otro lado de su territorio, ni siquiera alcanzar los límites de su propiedad. En seguida se dio cuenta de que podía comprender todo lo que los pájaros cantores, piaban de forma insistente. E inmediatamente, se detuvo en aquel mismo lugar. No podía avanzar ni un paso, intentando oír con claridad todo lo que su nueva habilidad le permitía. En un principio, no pudo asimilar tanta información pero más tarde, algo tomó una extraña forma, en su interior más instintivo. Era como si ya supiese de antemano lo que allí sucedía, aquello de lo que hablaban las aves del cielo. Su instinto más primario, conocía esos secretos que comentó el alquimista, antes de partir. De repente, comprendió que el viejo había sido un mediador, como los chamanes de su narración. Y que la naturaleza, les hablaba de pactos de antaño entre hombres y animales, árboles, montañas, ríos y mares. Sin embargo, los pájaros cantaban ahora sobre rupturas de leyes. Hablaban de la impunidad del ser humano. Los animales hablaban de venganza.
Hablaban de muerte.


lunes, 7 de octubre de 2013

Juego de lógica: La fiesta de la discordia.

Como aficionado a las novelas de Holmes o Poirot, no he podido resistirme a abrir esta nueva sección en el blog. En el futuro, estará repleta de pequeños casos, divididos en apartados numerados. Cuanto más vayamos avanzando en la lectura, se irán revelando nuevas pistas del caso y en el último apartado, estará la solución final. Recomiendo por tanto, que el apartado número cinco se lea, justo después de haber resuelto el caso. Espero que os guste. 

1. INTRODUCCIÓN AL CASO:
Julián, un muchacho adinerado, decide dar una fiesta en su enorme finca. Se trata de un recinto de más de dos hectáreas con una gran mansión central. Rodeado de campo, el lugar no tiene casas o pueblos aledaños, por lo que para llegar hasta su ubicación, hay que acudir en vehículo. Los invitados son recogidos en un minibús que los transporta hasta la misma puerta de entrada. Una vez allí, la fiesta da comienzo a las seis de la tarde y se prolonga hasta las tres de la madrugada. A partir de esa hora, la mayoría de invitados deciden marcharse en el minibús de vuelta, mientras otros cuantos más allegados al anfitrión, pernoctan en una las múltiples habitaciones de la casa. Al llegar la noche, Jorge, del personal de mantenimiento, revisa los alrededores de la casa y cuando se asegura de que no hay nadie más que los que permanecen en su interior, conecta la alarma y se vuelve a su casa adosada a la mansión, exclusiva para el servicio. A la mañana siguiente, el propietario de la casa madruga y es el primero en levantarse, asegurándose de que todos sus invitados continúan dormidos. Luego, comprueba que la alarma estuvo conectada hasta esa misma hora. Todo parece correcto. Sin embargo, al llegar a una pequeña oficina, contigua a su habitación, descubre que alguien le ha robado una pieza de mucho valor, perteneciente a una extensa colección de restos de naufragios importantes. Por otro lado, descubre que le ha desaparecido una vieja sudadera verde, que usa habitualmente para trabajar con Jorge en un pequeño huerto de la finca. Por lógica, Julián llega a la conclusión de que el ladrón continúa en el interior de la mansión, así que comienza a interrogar uno por uno a sus invitados, a medida que se levantan y por separados. De una manera sutil, Julián resuelve el caso sin hacer preguntas entrometidas, ni acusaciones directas. ¿Cómo lo hace?

2. PERSONAL QUE INTERVIENE EN EL CASO:
Esta es la lista de invitados y la relación con el dueño de la mansión:
- Susana: Es amiga desde primaria de Julián. Fueron novios en el colegio, después simples amigos hasta el día de hoy.
- Luisa: Amiga íntima de Susana, persona de su confianza. Compañeras del trabajo y más tarde de un piso de alquiler.
- Ester: Es una buena amiga de Julián. Pareja de Rafa desde hace más de un año.
- Rafa: Es el novio de Ester. A pesar de que no tiene ninguna relación con Julián, lleva saliendo con el grupo de amigos desde que es pareja de Ester.
- Jacinto: Conocido de Julián. Compañero de trabajo y asesor en algunos negocios que poseen ambos en común.
- Antonio: Hermano del anfitrión.
- Rocío: Es novia de Antonio. Se conocieron en una fiesta anterior, no hace más de seis meses.
- Elena: Amiga íntima de Rocío. Se conocen desde la infancia.

3. COARTADAS:
Dado que Julián duerme en la habitación que hay junto a su oficina, fue el último en acostarse, asegurándose de que todos sus invitados estaban en sus respectivas habitaciones. La distribución de los invitados se repartió entre las dependencias de las dos plantas de la mansión.
1. Invitados que duermen en la segunda planta:
- Susana: Estuvo hablando hasta las tres y media con su amiga Luisa en su habitación asignada. Luego fue al baño y se volvió a su habitación. Antes pasó por su propia habitación, para coger algunas cosas de higiene personal de su neceser. Entonces serían las cuatro menos veinte y cinco. Se volvió a la cama directa. Según su testimonio, al volver por el pasillo escuchó el crujido de una de las puertas de las habitaciones del fondo que parecían proceder de la misma oficina de Julián pero al mirar, no vio a nadie y no le dio mayor importancia.
- Luisa: Se acostó justo después de que Susana abandonara su habitación y permaneció dormida hasta las  cuatro de la madrugada aproximadamente. Fue entonces cuando oyó golpes en el exterior, provenientes de alguna habitación vecina. Decidió asomarse al pasillo asustada, y vio una figura en la penumbra que permanecía frente a la oficina de Julián. Al ver que esta vestía como el dueño de la finca, según sus palabras, volvió más tranquila a la cama y durmió de un tirón hasta la mañana siguiente.
- Ester: Discutió con Rafa en su habitación durante unos minutos. Rafa estaba algo mareado, debido a que había bebido más de la cuenta. Entonces, se acostó y dejo que su pareja fuese al baño a las cuatro, para “aclararse las ideas”, fueron sus propias palabras. Este fue un poco patoso, indico Ester, al salir de la habitación. Quince minutos después volvió a la habitación.
- Rafa: Se encontraba mareado y no podía dormir. Discutió de manera acalorada y luego acudió al baño para intentar refrescarse la cabeza con un poco de agua. Tuvo que acudir al váter urgente. Al final, volvió a su habitación con mejor cuerpo. No recordaba las horas exactas de los sucesos por su mal estado físico y mental.
- Jacinto: Se acostó a las tres en punto, cuando todos volvieron a sus habitaciones. Según su testimonio, oyó pasos frente a su habitación y una especie de crujido desde la puerta. Entonces serían las cuatro y media más o menos, comentó.
2. Invitados que duermen en la primera planta:
- Antonio: Se acostó con Rocío sobre las tres y pocos minutos. Esta había estado hablando con Elena, su amiga poco antes. Antonio reconoció en su testimonio que debido a que tiene un sueño bastante ligero, podía oír el bajante del baño de la planta de arriba. Según sus palabras, oyó la cisterna usarse una vez, más tarde de las tres y media y otra a las cuatro y cuarto de la madrugada. Su pareja de habitación fue al baño de la primera planta, antes de dormir, sobre las cuatro y diez y volvió de inmediato a la habitación.
- Rocío: Estuvo acostada hasta las cuatro y diez que decidió ir al baño por última vez. Cuando volvía a la habitación observó desde la primera salón, una figura con una prenda de vestir verde, en el pasillo de la planta segunda. Debido a la oscuridad, no pudo reconocer de quien se trataba y puesto que estaba cerca de la habitación de Julián, pensó que podía ser el mismo.    
- Elena: Oyó ruidos en la habitación vecina. Entonces, decidió salir a las cuatro y cuarto para ver quién era. Al abrir la puerta de su habitación vio que el baño de la primera planta permanecía abierto y observo que una figura salía del baño que hay en la segunda planta, según sus palabras, en dirección a la oficina. Entonces acudió a la terraza, donde se fumó un cigarro y luego volvió a su habitación. En ese preciso instante, le pareció ver de nuevo a la misma figura, que ahora pasaba frente a la puerta de Jacinto. Entonces serían las cuatro y media. Tras meterse en su habitación, ya no volvió a escuchar a nadie rondar por la primera planta, por lo que durmió de una vez, hasta la mañana siguiente.


  4. HORARIO DE ACONTECIMIENTOS:
Si tuviésemos que ordenar los acontecimientos por sus respectivas horas, facilitaríamos la resolución de los hechos. Ocurrieron de la siguiente manera:
- Sobre las 3:00 - Todos acuden a sus respectivas habitaciones.
- A las 3:30 - Susana sale de la habitación de Luisa y se dirige a su habitación.
- A las 3:35 - Susana sale de su habitación, acude al baño de la segunda planta y oye un crujido en la puerta del fondo del pasillo. En ese momento, Antonio oye el bajante de la cisterna por vez primera.
- Sobre las 4:00 - Luisa escucha golpes en el exterior de su habitación y se asoma. Ve una figura y reconoce que es Julián. Por otro lado, Rafa acude al baño en la segunda planta. 
- A las 4:10 - Rocío va al baño de la primera planta. Elena oye ruidos en la primera planta.
- A las 4:15 - Elena sale de la habitación y observa a alguien salir del baño de la segunda planta. Poco antes, Antonio escucha la cisterna del baño de la planta de arriba, por segunda vez.
- A las 4: 30 - Elena regresa a la habitación y observa a la que cree ser misma figura, en la penumbra, pasando frente a la puerta de Jacinto. Jacinto confirma que oyó pasos delante de su habitación a esa hora.

5. SOLUCIÓN FINAL:
Julián descubre rápidamente que la culpable del robo es Luisa que había utilizado la prenda de vestir desaparecida, para pasar desapercibida en la penumbra de la noche. Los motivos son:
- De todos los invitados, los únicos que no podían confirmar su testimonio eran aquellos que dormían sin pareja en la habitación, debido a que nadie controlaba sus entradas y salidas. Estos son cuatro: Susana, Luisa, Jacinto y Elena.
- A pesar de que Rafa fue visto en varias ocasiones paseando por el pasillo de la segunda planta, todos confirman que sus horas coinciden con su coartada, la salida de su habitación, la hora en que uso el baño y el momento de vuelta. Además, según el testimonio de Susana la primera ocasión en que se oyó ruidos cerca de la oficina de Julián fue unos minutos antes.
- De los cuatro sin confirmar coartada, tres buscaron una posición privilegiada en la segunda planta, por lo que se encontraban más cerca del lugar del robo. Entonces, Elena queda en seguida descartada, ya que nadie oyó subir o bajar las escaleras entre las dos plantas.
- Quedan tres sospechosos que no puedan contrastar sus testimonios: Jacinto, Susana y Luisa. De estos tres tan solo Luisa admitió haber visto a la famosa figura verde. Además, y lo que es más importante, reconoció que se sintió más aliviada cuando vio que era Julián, debido a la prenda de vestir que llevaba.
- Julián reconoce finalmente, que de las cuatro personas que vieron u oyeron a alguien pasear por el pasillo de la segunda planta (Susana, Jacinto, Elena y Luisa), solo Luisa aportó un dato adicional, al afirmar de manera literal y rotunda que reconoció en la vieja vestimenta al anfitrión de la fiesta, algo imposible para ninguno de los invitados excepto para Jorge de mantenimiento, que durmió fuera de la mansión en la casa para el personal de servicio.